Desde Venezuela
12/Diciembre/2014
Guerra De Sexta Generación Y
Procesos Electorales
Por Roso Grimau
El análisis estratégico sobre los planes del imperialismo en materia de
guerra de sexta generación nos llama a reflexionar profundamente, desde la
dialéctica marxista podemos inferir los planes que desde los tanques pensantes
se ciernen desde ya sobre el mundo entero, ¿serán en el futuro próximo acaso
los planes de aprobar en la ONU un nuevo concepto difuso de una tal Integridad
Electoral, la nueva táctica de combate sin uso de armas?
Si las Naciones dejan que la propuesta de “integridad electoral”
introducida por el Centro Carter se apruebe en la próxima Asamblea General de
Naciones Unidas; tal vez desaparezcan las guerras que hoy se escenifican por
medio de la manipulación mediática, inventando nuevos enemigos necesarios como
el difuso “estado islámico”, para justificar la destrucción por cualquier medio
de los recursos logísticos de las naciones soberanas e independientes como en
el caso de Siria, donde ya sin intervenir con tropas propias utilizando a
mercenarios y terroristas como ejércitos difusos, se comparten gastos y
responsabilidades con los países aliados y países lacayos en un esfuerzo de
reducción de los altos costos políticos y económicos de las guerras de cuarta,
quinta y sexta generación.
Desde la red internacional “Ace Proyect” (http://aceproject.org/) han
creado un completo basamento de lo que para los intereses imperialistas sería
la mal llamada “integridad electoral” (http://aceproject.org/main/espanol/ei/index.htm);
es muy lógico que ante la crisis global que vive el capitalismo y ante la cual
tampoco encuentra éxitos ante ninguna salida bélica, tengan ahora la urgente
necesidad de cambiar a como dé lugar las prácticas electorales democráticas que
gozan de una alta credibilidad por sus altos niveles de transparencia.
En el caso específico venezolano además por asegurar por medio de un Poder
Electoral independiente despolitizado, y a través de procesos tecnológicos de
punta la identificación del elector, reduciendo la posibilidad de usurpación de
identidad; asegurando la relación de un solo voto por cada elector, el secreto
del voto, la eliminación del conteo de votos impidiendo su manipulación
intencional, la actualización y depuración constante del registro electoral que
es permanente, la realización de más unos 20 procesos de auditorias antes,
durante y después del acto electoral, la participación de auditores externos de
las universidades nacionales y de auditores de todas las opciones electorales
en cada proceso de auditoria.
El imperialismo viene perdiendo su poder hegemónico en el mundo, ya no
cuenta con sus gobiernos títeres para el control de las decisiones económicas,
políticas y sociales que le permitían la dominación absoluta para la
expoliación de sus recursos naturales; ya no puede colocar las dictaduras a su
antojo cuando las democracias afectan sus intereses, no puede frenar las
victorias populares con el invento de balotajes o segundas vueltas, y tampoco
los partidos lacayos tienen ya los viciados mecanismos de fraude electoral que
aplicaban en otras épocas, donde manipulaban el registro electoral, usurpaban
la identidad de los electores, ponían a votar a los muertos, y cuando aun así
no les daban las cuentas adulteraban las actas en las mesas de votación, en los
centros electorales, en las juntas electorales e incluso en propio organismo
electoral.
Agentes internacionales lacayos del imperialismo cumplen la función de ser
opinadores de oficio bajo una falsa imagen de expertos electorales, se dedican
hoy a presentar el nuevo concepto difuso de “integridad electoral” como la
panacea perfecta, sin embargo detrás de todo este esfuerzo se esconde la
verdadera intención de imponer desde los organismos internacionales que todos
los países cambien sus sistemas jurídicos, realizando reformas a sus leyes
electorales y de ser necesario incluso reformar su norma suprema (su
constitución), obligando a cambiar sus organismos y procesos electorales según
lo que ellos han construido como camisa de fuerza.
Desde instancias intervencionistas internacionales como el Centro Carter,
el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas (UNDESA), han estructurado
esta estrategia del proyecto de “integridad electoral” desarrollada por
intermedio del Proyecto ACE de Red de Conocimientos Electorales (antiguo
acrónimo de Administración y Costo de Elecciones); utilizando las redes de
organismos no gubernamentales de observación electoral que financia el
imperialismo en América, África, Asia y Europa, así como a universidades
privadas opuestas a los intereses de los pueblos.
Estos opinadores electorales de oficios basan sus propuestas en los
supuestos ejemplos exitosos en países como nueva Zelanda y Filipinas, en los
que afirman la patraña de que sus “estados fallidos” han pasado del
autoritarismo a la democracia, o las reformas electorales en México donde
lograron frenar el avance popular con fraudes electorales que han colocado al país
en manos de la parapolítica narcotraficante culpable de la desaparición de los
normalistas de Ayotzinapa; además de elogiar a los EEUU, donde ha sido
evidente, público y notorio el fracaso de su sistema electoral fraudulento, del
cual aún no se atreven a opinar los medios de comunicación debido a que aún no
se saben a ciencia cierta cuáles serán los resultados que se anuncien en las
recientes elecciones de las cámaras del congreso y el senado, y de
gobernadores.
Urge analizar estos hechos para frenar los planes de controlar al mundo
imponiéndonos la locura de reformas electorales a su medida, de engendrar entes
electorales bajo sus patrones de falsa democracia y falsa integridad, de
sistemas electorales poco confiables bajo normas dictadas por sus estándares
electorales; no podemos entregar nuestras democracias en pleno proceso de
perfeccionamiento a los intereses foráneos que nos quieren pisotear.
Para hablar de estándares electorales deberían de aprender de los avances
que hemos logrado en Venezuela, nos quieren dar clases de democracia cuando
avanzamos del viejo sistema clásico de Estado con 3 poderes públicos a un
moderno sistema de 5 Poderes Públicos, donde uno de ellos es el Poder
Electoral, nosotros dejamos así de tener un simple organismo electoral, nadie
en el mundo puede venir a darnos lecciones en este tema.
Aquí soberanamente a través del voto popular, en elecciones universales,
libres y secretas aprobamos la redacción de una nueva Constitución, en
elecciones populares, universales, libres y secretas elegimos a los
constituyentistas, y en ese mismo tipo de elecciones aprobamos la nueva norma
suprema, creando el Poder Electoral bajo una concepción de un nuevo Poder
Público independiente, aprobando en esa misma norma constitucional su estructura,
sus atribuciones y el sistema de elección y nombramiento de sus Rectores, así
como las bases para la nueva Ley Orgánica de Procesos Electorales, que tuvo su
obligado proceso de consulta pública siendo aprobada por mayoría calificada de
dos terceras partes de los Diputados.
Con que falsa moral vienen a criticar a la Comisión de Postulaciones
Electorales, a la selección de los nuevos Rectores, a nuestro Poder Electoral,
a nuestros procesos electorales, o a nuestra democracia; por favor, no vean la
paja en el ojo ajeno, sino la viga en el suyo propio.
Publicación Barómetro 24-11-14
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