Desde Venezuela
11/Enero/2015
Yo Me Muero Como Viví. El Inicio
Del Fin De Una Etapa Tenebrosa Para Cuba
Por: Sergio Rodríguez Gelfenstein
Muy temprano en la mañana, los medios de comunicación comenzaron a
estremecerse con la noticia, se pasaba del estupor y la incredulidad a la
fanfarria y la confirmación de que lo que se escuchaba era cierto: Cuba y
Estados Unidos habían acordado un mecanismo de negociación para el
restablecimiento pleno de sus relaciones diplomáticas.
Las reacciones no se hicieron esperar, desde la euforia comprensible, a
veces excesiva de algunos, hasta el rechazo cavernario de otros, sobre todo los
de Miami. A primeras horas del día, varios amigos inquirieron mi opinión, e
invariablemente dije que antes, se debía escuchar a los cubanos y al gobierno
de Estados Unidos de manera directa.
Entonces, vino la voz pausada, la lectura precisa del Presidente Raúl
Castro seguramente meditada por mucho tiempo y redactada en el colectivo de
dirección del partido y del Estado. La
conexión con su pueblo era evidente, los periodistas de todos los medios
internacionales que hacían entrevistas en las calles de La Habana nos permitían
escuchar invariablemente el orden de prioridades que le daban los ciudadanos de
la isla a la noticia: Primero, la felicidad por el retorno de sus Héroes
injustamente detenidos durante 16 años en las cárceles del imperio. Segundo, la
posibilidad cierta de la reunificación de la familia cubana y en tercer lugar,
la esperanza de que el anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas
conduzca al fin del criminal bloqueo económico y comercial que ya dura más de
medio siglo.
En palabras de Raúl, “Esto no quiere decir que lo principal se haya
resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños
humanos y económicos a nuestro país debe cesar. Aunque las medidas del bloqueo
han sido convertidas en Ley, el Presidente de los Estados Unidos puede
modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas”. Perfecta sintonía
con lo que el pueblo manifestaba en las calles. Tan larga espera ha enseñado a
los cubanos el valor de la mesura, la discreción, la paciencia y la cautela. No
se puede bajar la guardia ante un adversario tan poderoso.
Pero, ¿qué puede decir un observador externo ante tal trascendental hecho?
Las evidencias indicaban que esta decisión se iba a concretar más temprano que
tarde. Apenas hace 10 días, el 7 de diciembre pasado le escribí una carta a un
amigo que vive en La Habana en la que en una de sus partes le decía “...Todo
indica que al bloqueo le queda poco, pero no sé cuánto demore en restablecerse
un funcionamiento pleno... “. Sin embargo, ello no obsta para que una vez
superada la emotividad inicial del momento, sin dejar de manifestar la
felicidad compartida con millones de cubanos al ver a los tres héroes
regresando a casa, resulta tarea complicada intentar un análisis, dada la
magnitud y el impacto de la multi noticia.
En el marco de las relaciones internacionales, tal vez lo primero sería
decir lo obvio: la medida clausura definitivamente la guerra fría en el
hemisferio occidental, 25 años después de la caída del Muro de Berlín. No había
soporte ni validez jurídica en los argumentos estadounidenses para mantener una
situación creada en un momento de
bipolaridad rígida del sistema internacional. Valdría sí, decir que los
intentos de Estados Unidos por apoderarse de Cuba se remontan hasta 1801 cuando
era presidente de ese país Thomas Jefferson.
En su discurso, el presidente Obama dijo algunas cosas interesantes. Empezó reconociendo que el bloqueo y la
ausencia de relaciones diplomáticas eran un “enfoque obsoleto” que “fracasó” en
el intento de promover los intereses de Estados Unidos. Aunque recordó a Playa
Girón, dijo que su país ha apoyado la democracia y los derechos humanos en
Cuba. Debe ser por eso, que tan pronto conocerse la noticia, renunció a su
cargo Rajiv Shah, administrador de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID),
organismo del gobierno de Estados Unidos que tras la pantalla de la cooperación
para la democracia, financia acciones de desestabilización e injerencia en el
mundo, fracasando en Cuba una y otra vez.
El presidente estadunidense hizo una relación de medidas adoptadas por los
gobiernos de su país durante más de medio siglo, reconociendo que ningún otro
país ejecuta tal tipo de acciones y aceptando que todas ellas fracasaron, si se
considera que la revolución bajo la conducción de Fidel y Raúl Castro continúa
en el poder. En paralelo, habría que decir que el fracaso de estas medidas, no
impide que el gobierno de Estados Unidos las implemente hoy contra Irán y
Rusia.
Obama reconoció el desarrollo de
Cuba en materia de salud y valoró altamente la posibilidad de que
estadounidenses y cubanos trabajen juntos en materias como salud, inmigración,
antiterrorismo, tráfico de drogas y respuesta a catástrofes. Encomió el trabajo
conjunto de ambos países en la lucha contra el ébola.
A continuación, planteó su nueva política para tratar de torpedear la
revolución cubana a través de métodos “light” que no causen tanto rechazo en la
comunidad internacional, “…podemos hacer más para apoyar al pueblo de Cuba y
promover nuestros valores mediante la participación”, considerando que el
“aislamiento no funcionó”.
Informó que revisara la presencia de Cuba en la lista de países que
promueven el terrorismo, a todas luces una aseveración absurda y sin fundamento
y enumeró las primeras medidas de liberalización económica de las relaciones,
todo lo cual significan importantes, pero aún insuficientes pasos en el camino
hacia el fin del bloqueo.
Con el cinismo y la soberbia típica
de los presidentes estadounidenses dijo que no dudaba que seguían existiendo
“…barreras continuas para la libertad de los cubanos comunes. Los Estados
Unidos creen que ningún cubano debe enfrentar acosos, arrestos o golpizas
simplemente porque ejerce un derecho universal de expresar su pensamiento, y
continuaremos apoyando a la sociedad civil en ese asunto”: Debe ser que no ha
tenido tiempo de leer los noticieros de su país y tal vez no sepa lo que ha
ocurrido en Ferguson, Cleveland o Nueva York.
Como dice la jerga popular “Debería arreglar la casa, antes de predicar
en hogar ajeno”
Pero bueno, a pesar de los alertas necesarios, en el marco de comprensión
de las limitaciones de un presidente estadounidense, es bueno aceptar la
valentía de Obama, cavando la fosa para enterrar el cadáver de una política de
agresión, violatoria del derecho internacional que no funcionó.
Muchos se preguntan, ¿por qué el presidente de Estados Unidos toma tal
decisión en este momento? Pienso que las respuestas están en el análisis de la
situación geopolítica internacional, sin obviar algunos elementos de la
política interna de Estados Unidos. Daremos algunas opiniones al respecto.
Las nuevas generaciones de cubano americanos rechazan mayoritariamente el
bloqueo, tal como el propio presidente reconoció en su discurso, en ese sentido
el tradicional lobby cubano de Miami se ha debilitado en términos de apoyo
financiero y electoral a las campañas de los partidos políticos. Obama, ha
estimado que hoy, puede prescindir de quienes en el pasado jugaban un papel
decisivo en las elecciones de Estados Unidos como se manifestó en el colosal
fraude electoral que le dio el triunfo a George Bush frente a Al Gore. Por otro lado, empresarios de todo tipo,
pero, de manera particular del sector agrícola del sur de Estados Unidos, han
incrementado sus vínculos con Cuba. Son estados que se caracterizan por su alta
producción de alimentos y consideran a
Cuba un mercado natural para una
producción que está siendo desplazada sobre todo por Brasil Argentina y otros
países. Finalmente, el peso de 10 editoriales del New York Times, demostrando
la obsolescencia del bloqueo, eran expresión de un poderoso sector que no
representa sólo a los magnates de los medios de comunicación, también a algunos de los más poderosos lobbystas
vinculados al sector empresarial y financiero que ningún presidente puede
obviar.
En el plano internacional, la votación anual en el seno de la Asamblea
General de la ONU mostraba a un Estados Unidos aislado, solo apoyado por
Israel. Pero, se debe recalcar que ha sido trascendental en los últimos
años el soporte unánime de una América
Latina y Caribe unidos que una y otra vez, de manera colectiva a través de los
mecanismos multilaterales o de forma individual manifestaron al presidente de
Estados Unidos la inconveniencia de seguir manteniendo el bloqueo.
En este contexto, influyó el incremento de la relación mutuamente
ventajosa de América Latina y el Caribe con Rusia y China. Mientras los
presidentes de esos países Vladimir Putin y Xi Jinping se paseaban por la región manteniendo y
elevando los vínculos multilaterales y bilaterales, Obama debía dar cuenta en
cada reunión, del bloqueo a Cuba y las migraciones. En el último mes, le apuntó
a ambos temas, avanzando en la desactivación de dos conflictos que le
permitirán desplegar una alfombra suave por donde podrá caminar más seguro a la
Cumbre de las Américas de Panamá en el venidero abril de 2015. Tal vez, sea
ésta la manera que Obama ha decidido para volver a una región que
tradicionalmente ha sido su aliado seguro en el tablero global
En los tiempos modernos, frente al desatado individualismo, el consumismo
desenfrenado y las prácticas putrefactas de la democracia corrupta, una vez
más, Cuba se yergue enhiesta enarbolando sus principios, valores, su dignidad y
honor. Que nadie le arrebate esta victoria, que nadie se haga dueño de un
combate que los cubanos han librado por décadas al precio de su sacrificio y de
la sangre de algunos de su mejores hijos.
Tal vez hoy, los cubanos canten una vez más junto a Silvio: “Dicen que me
arrastrarán por sobre rocas cuando la revolución se venga abajo, que machacarán
mis manos y mi boca, que me arrancarán los ojos y el badajo, será que la
necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de
asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio. Yo no sé lo que es el
destino, caminando fui lo que fui allá dios que será divino. Yo me muero como
viví”.
sergioro07@hotmail.com
Publicación Barómetro
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