Desde República de Venezuela
Fecha: 22 / Febrero / 2015
Cuba, Estados Unidos y los
tiempos de la Realpolitik
Por Vladimir Aguilar Castro
“A nuevo Imperio nueva plebe…”
Eloge de la politique profane.
Daniel Bensaid
Desde hace varias décadas las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos
han estado signadas por la Realpolitik. Junto a Daniel Bensaid, esta última la
entendemos como “la razón de un arte de gobernar que finalmente se establece
como la razón de Estado”.
En efecto, desde la guerra cubano-hispano-americana hasta el reciente
embargo a Cuba por parte de Estados Unidos, las relaciones entre estos dos
países ha sido un permanente "tira y encoje". Es poco más de un siglo
de Realpolitik.
Finalmente, en Estados Unidos se impuso el criterio de que es más fácil
incidir en la política interna cubana, restableciendo las relaciones, que
mediante el acoso a la isla.
La revolución cubana dejó de ser nacionalista y pasó a ser socialista,
resultado de un doble proceso de Realpolitik: la invasión de Estados Unidos a
Bahía de Cochinos y la expulsión de Cuba de la Organización de Estados
Americanos (OEA). Pero no sólo eso, la crisis de los misiles en plena guerra
fría, la presencia cubana en la mayor parte de los procesos de liberación
nacional en África y en América Central, son expresión de una Realpolitik que
el país antillano tuvo que hacer prevalecer como mecanismo de sobrevivencia en
el tablero de la geopolítica mundial, con mayor énfasis luego del
derrumbamiento de la ex Unión Soviética.
Lo anterior demuestra la transversalización de la Realpolitik en las
relaciones entre los dos países. Ciertamente el restablecimiento de las
relaciones entre Estados Unidos y Cuba evidencia las contradicciones en el
gobierno de Obama. Pero también pone de relieve las existentes en el gobierno
cubano, mejor manejadas por el nivel de hermetismo y de discrecionalidad en la
administración de los asuntos que se consideran de Estado.
En el caso del supuesto rol jugado por el Vaticano y las posibles
consecuencias de su intermediación, la misma será sin mayor trascendencia. Hay
quienes creen que los resultados de esta mediación serán parecidos a los de la
época del beligerante Papa polaco Karol Wotjija, cuando la cortina de hierro se
vino abajo. En nuestra opinión, tanto el momento político como los actores en
juego son completamente distintos. Los procesos políticos que echaron por
tierra el Muro de Berlín en Europa Oriental, fueron la expresión de grandes
conflictos en el interior de la casta política dirigente y de la sociedad. Para
el caso de Cuba, las contradicciones sociales y políticas se dirimirán en el
marco de los propios mecanismos existentes en el país, generados por la
revolución misma.
Vale la pena una última anotación con relación a Venezuela, en el marco
del restablecimiento de las relaciones entre estos dos países. Contrario a lo
que ha sido vociferado de manera oficial, el primer sorprendido de esta noticia
fue el gobierno venezolano. Lo ocurrido demuestra que nuestro país juega poco
menos que nada en los intereses, tanto de Estados Unidos como de Cuba. Nuestro
socio fue incapaz de meter en la agenda de negociación el evitar las sanciones
a los funcionarios venezolanos. Más bien las FARC, en el marco de los procesos
de diálogo que se llevan a cabo en la Habana con el gobierno colombiano,
declararon una tregua unilateral indefinida en sus acciones militares.
La política de la realidad o la realidad de la política, pone en juego los
intereses que los Estados contraponen entre sí para ganar beligerancia en el
marco de las relaciones internacionales actuales. Históricamente las relaciones
entre Estados Unidos y Cuba han estado caracterizadas por el principio de la
Realpolitik. En un momento por razones de vecindad y, más recientemente, por
razones de supervivencia.
A la fecha actual, seguramente en el juicio de cada Estado estuvo poner en
la balanza lo que sería más conveniente para cada uno: si hacer descansar la
Realpolitik en una estrategia de desgaste a través de la agresión o, hacerla
reposar en una estrategia nueva de negociación con resultados aún por
determinar.
En los tiempos actuales, la Realpolitik nos muestra que no siempre hay
coincidencias entre la razón de Estado con la razón democrática.
vaguilar21@hotmail.com
Publicación Barómetro
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