Desde EUA
Fecha: 28/Jun/2015
Fecha: 28/Jun/2015
En Respuesta A Una Posición Divisionista
A Propósito Del Reduccionismo De
Battaglini
Ernesto Wong Maestre (*)
En este cambio de época en América Latina siempre hay quienes se aferran
con pura estirpe de conservadores o neoconservadores a las ideas caducas y a
los instrumentos con los cuales las oligarquías se afincaron en el poder de los
Estados con apoyo del imperialismo. El uso de sofismas, la omisión reiterada de
la verdad, la demagogia política y el arte del reduccionismo
teórico-metodológico revuelan hoy, en voz de agoreros sin Patria, con mayor
desespero en los medios privados y redes sociales presuponiendo que el pueblo
venezolano es el mismo de 1970 cuando confiaba ciegamente en el bipartidismo
burgués.
Días atrás, leí uno de los artículos de Oscar Battaglini que requieren
algunas reflexiones, debido a las intencionalidades políticas subyacentes,
dañinas para la Seguridad de la Nación, la defensa integral y el desarrollo
sostenible de Venezuela.
Ese artículo de Battaglini tiene la intención de fomentar –por un lado- la
desunión en el seno del pueblo bolivariano quien por primera vez en la historia
está formándose como Sujeto Histórico al comprenderse como una totalidad de
todos los sectores sociales, incluidos los empresarios con sentido de Nación y
los militares, donde los menos capaces están cediendo sus cargos a los más
preparados para enfrentar las arremetidas del imperialismo yanqui y sus
operadores políticos y económicos dentro del país.
Por otro lado, las ideas expresadas por Battaglini –quien parece ser uno
de esos operadores- pretenden apoyar el
regreso de la oligarquía al poder para controlar y volver a estructurar al
Estado según sus intereses explotadores de burguesía parasitaria y dependiente
de los designios de la Casa Blanca.
Para Battaglini, la sociedad venezolana del siglo XIX no se desarrolló “de
acuerdo a los requerimientos civilizatorios” porque su “posibilidad” de
desarrollo fue bloqueada por “el surgimiento del militarismo” que a su vez es consecuencia
de que “se” declaró la independencia “formal” y definitiva y no “se” produjo un
“cambio sustantivos de las relaciones sociales generales heredadas de la
Colonia”. ¿Quién debería producir ese cambio?. Battaglini desde un inicio de su
artículo no reconoce ningún protagonismo al pueblo en las transformaciones
sociales ni a las relaciones sociales de producción del capitalismo como la
verdadera tranca del desarrollo.
Además, como se puede apreciar, el antropomorfismo de Battaglini es usado
como instrumento para decir cualquier cantidad de sofismas que solapen o
cubran, en el estudio de la responsabilidad histórica, a las fuerzas clasistas
dominantes, conformadas como oligarquía, verdadera responsable, tanto de
establecer las políticas de “desarrollo”, de fijar “los requerimientos
civilizatorios”, de propiciar el rompimiento de la unidad militares-civiles
lograda ejemplarmente por Simón Bolívar para liberar a pueblos; como también
responsable de utilizar sistemáticamente a los militares para reprimir a la
sociedad, alejar al pueblo de las riquezas naturales del país y consolidarse
como clase dominante en el poder político, económico y cultural. Es decir,
implantar su hegemonía con el total respaldo de los gobiernos de EEUU.
Como ese gran primer presupuesto de Battaglini sobre el cual construye el
resto de sus ideas, a todas luces es falso, las intenciones políticas
pro-oligárquicas e imperiales del autor se revelan más claramente, sobre todo
cuando construye sobre lo que es falso su explicación del por qué Venezuela no
era soberana, cuestión que es contradictoriamente negada en el segundo párrafo
de su propio artículo donde dice que “toma cuerpo y se desarrolla en un Estado
instrumental al servicio estrictamente de la oligarquía”, algo falso también ya
que fue un Estado al servicio de los monopolios extranjeros, tal y como ha
quedado históricamente demostrado en esa genial obra de Federico Brito
Figueroa, Historia Económica y Social de Venezuela en cinco tomos.
De manera que el objetivo de Battaglini en su artículo de usar la
vinculación de la oligarquía con los militares bajo “el mando único, directo y
personalista de José Antonio Páez”, como únicos decisores en el modelo ideal
del autor de “esquema político-militar impuesto por Páez”, solo podría surtir
efecto mediático en mentes ignorantes de la realidad histórica, la cual ha sido
manipulada en su artículo para afectar la unidad cívico-militar que el pueblo
venezolano ha construido desde 1999, guiado por el liderazgo del Comandante
Eterno Hugo Chávez y desde 2013 por su legado, seguido creativamente por
nuestro Presidente Nicolás Maduro y por toda esa masa crítica garante del curso
de la Revolución.
La real unidad de fines, estrategias y métodos de civiles y militares en
cuanto a patriotismo y bolivarianismo para defender integralmente la Revolución
Venezolana, hace fracasar el intento de Battaglini por hacer creer que Chávez
aplicó un “esquema” militarista “en el ejercicio de su poder autoritario y
cesarista”, sobre todo porque Chávez siempre gobernó obedeciendo al pueblo y
colocó todos los recursos del Estado en función de resolver los problemas
sociales y de darle mayor suma de felicidad y seguridad a todos los ciudadanos,
incluso a los millones de inmigrantes de países vecinos.
Por ello, la llamada por Battaglini “administración chavista” como
“usurpación” del poder por los militares no es más que la revelación de la
intención de este autor por neutralizar el significado que para el pueblo
bolivariano tiene la unidad cívico-militar lograda en estos quince años, algo
valioso para convertir cada vez más el potencial del país en real poder
disuasivo ante las amenazas de agresión militar del gobierno de Estados
Unidos. Y en ese sentido, Battaglini se
presenta ante nuestros ojos como un peón mediático del complejo
militar-financiero-comunicacional del imperialismo.
Todas las supuestas evidencias mostradas por Battaglini para cerrar su
reduccionista explicación que no tiene en cuenta la obra revolucionaria del
pueblo, plena de logros sociales, económicos y políticos-jurídicos, no son más
que datos sacados de su contexto o falsedades y que el lector debe interpretar
en toda su significación integral y rechazar las intenciones del autor de hacer
ver que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana está contra el pueblo cuando lo
cierto es que la FANB se ha convertido en el pueblo uniformado por decisión
soberana del propio pueblo que la ha nutrido y ratificado en diecinueve
elecciones universales.
Por último, debe reconocerse que al concluir el artículo del autor
analizado quedó la clara su intencionalidad de excluir de sus planteamientos
las amenazas estadounidenses sobre la soberanía e independencia de Venezuela y
de omitir también el análisis de todas las acciones de guerra económica,
psicológica y terrorismo que está empleando la burguesía al servicio del
gobierno de EEUU para oradar la creencia del pueblo en su Revolución y destruir
la unidad cívico-militar como bastiones inexpugnables ante los posibles ataques
de mercenarios preparados y entrenados por las corporaciones militares privadas
de sello estadounidense.
El rosario de falacias y manipulaciones de datos con que el autor cierra
su artículo hasta un niño de sexto grado las podría refutar con solo recordarle
a Battaglini como en todas las sesiones de la Asamblea Nacional se expresan
libremente los diputados de oposición, incluso con mentiras tan increíbles como
las expuestas en ese artículo del señor Battaglini. O como todas las
universidades privadas suben desmedidamente sus tarifas o como hasta los
empresarios malversan los dólares entregados para adquirir alimentos en el
exterior y los sacan del país para depositar en bancos extranjeros o traer
productos con precios no controlados y lograr fabulosas ganancias. ¿Podría
existir esas desviaciones en una estructura de poder “altamente militarizada” o
“extremadamente anti-democrática” como ha calificado este señor al Estado del
pueblo, con el pueblo y para el pueblo constituido como República Bolivariana
de Venezuela?.
En la realidad verdadera venezolana, a la cárcel han ido solamente algún
que otro cabecilla opositor que delinquen abiertamente con graves consecuencias
sociales, como Leopoldo López y Antonio Ledezma, desconocedores del orden
constitucional y agitadores criminales, y se ha usado la fuerza represiva, de
forma ejemplar para el mundo, solo en aquellos casos de violencia planeada y
ejecutada en contra de la ley, para prevenir posibles consecuencias mortales
para la población.
En Venezuela se vive, se transita y se hace política libremente, tan es
así que la oposición abusa diariamente de la democracia actuando en las
instituciones públicas con negligencia o con alevosía oculta, esperando la
indulgencia del jefe o pasar inadvertida, pero tratando siempre de causar daño
a la credibilidad del gobierno.
Al final de esta reflexión hay que reconocer que al concluir 2015 saldrá
fortalecida, no la “democracia política” indefinida intencionalmente por
Battaglini, sino la democracia participativa y protagónica definida por el
pueblo en la Constitución, en pleno fortalecimiento, con el cumplimiento de los
cientos de objetivos de la Ley Plan de la Patria 2013-2019, la clave que ha
obligado a la burguesía a intensificar su guerra contra el pueblo.
(*) Analista político
y docente universitario.
wongmaestre@gmail.com y @ProfeWong
Publicación Barómetro
Los contenidos de los análisis publicados por
Barómetro Internacional, son responsabilidad de los autores.
internacional.barometro@gmail.com
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