Fecha: 27/Jun/2015
Escuelas Públicas: Entre Burocracia
Y Vandalismo
Ileana
Gólcher
El año escolar
2015 empieza con una de las crisis más impactantes en infraestructura, problema
histórico desde hace décadas. Hay planteles oficiales que tendrán que ser
demolidos debido a la inseguridad de sus instalaciones. Además, la falta de
agua, de mobiliario y la precariedad de las instalaciones sanitarias y
académicas desmotivan el aprendizaje.
El incremento
creciente de la matrícula oficial, sin planificación, trajo como consecuencia
la proliferación de escuelas rancho, indicador vergonzoso, porque Panamá es uno
de los países de la región con el mayor índice per cápita de presupuesto en
educación. Otra lectura del tema la advierten algunos gremios docentes al
aseverar que cerca del 90% de las escuelas no reúne las condiciones mínimas
para el aprendizaje, y muestran su disconformidad por la disposición
ministerial de otorgarles a las juntas comunales (estrictamente
político-partidistas) la responsabilidad de repararlas. La lejanía de los
planteles de difícil acceso complica la contratación de empresas que se
dediquen a estas labores en el escaso periodo y ante la burocracia que agudiza
más la situación.
Las escuelas
oficiales son, además, víctimas de vandalismo que de forma permanente destruye
sus instalaciones, sobre todo en lo concerniente a tecnología e insumos. La
disposición que penaliza estas acciones delictivas es antigua, pero las
autoridades educativas no proponen iniciativas legislativas para hacerle frente
con mayor rigor. Resultaría más económico que las instalaciones, sobre todo las
que poseen mayores insumos, fueran protegidas por agencias de seguridad a
tiempo completo.
Es de prever que
nos espera una ola de paros y movilizaciones de la comunidad que reclamará su
derecho a una educación digna, con suministro de luz, agua y mobiliario escolar
suficiente y moderno. Según estadísticas oficiales de 2010, solo el 50% de las
escuelas tiene acceso a luz eléctrica y agua potable. El sitio web del
Ministerio de Educación (Meduca) no dispone de datos actualizados al respecto.
Una política de
mantenimiento ha estado ausente de los planes educativos, pese a la existencia
del Fondo de Calidad de la Educación. El subsidio escolar anual es significativo,
sin embargo, muchos directores no logran o no tienen la disposición y/o
suficiente capacitación para ejecutar el presupuesto. La situación se agravó en
el Instituto América, el José A. Remón Cantera, Richard Neumann y la Escuela
Profesional Isabel Herrera Obaldía, en estado casi de total abandono. Un
sentimiento de destrucción prevalece en un alto porcentaje de estudiantes y la
cultura de la irresponsabilidad se acrecienta, pues no se responsabiliza a
nadie por los daños.
Las vacaciones
escolares son ahora más reducidas e impiden el mantenimiento oportuno.
Burocracia, trámites administrativos complejos, reglamentos en Panamá Compra,
dificultan la ejecución de trabajos de reparación. El año escolar en algunos
casos bien pudiera prorrogarse un poco más, de forma que el Meduca disponga de
mayor tiempo para cumplir con su cometido. Hay que tomar decisiones por muy
dramáticas que resulten y prolongar el periodo escolar para que empiece en
mayo. Se destaca la falta de autoridad y la indiferencia de los profesores,
padres y madres de familia para que sancionen, de forma oportuna, y se obligue
a pagar los destrozos, de manera que se proteja la alta inversión en mobiliario
y equipo. Solo así se logrará que las escuelas sean primero y que Panamá ocupe
un sitial educativo.
Movimiento de
Bases Torrijistas [MOBAT]
Coordinación
Nacional
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