Desde Estados
Unidos
30 Agosto 2015
La Atrocidad En Charleston: "Que
Este Trauma Impulse La Lucha Por La Liberación Negra'
Por
Lamont Lilly
Cuando nueve
personas indefensas son asesinadas en una iglesia, eso no es un
"tiroteo", es una masacre. Cuando un hombre blanco de 21 años de edad
que lleva insignias de odio racista en su chaqueta, entra en una iglesia y
asesina nueve personas negras indefensas, no
lo llamaría un "crimen de odio" por un “lobo solitario”. Es un
ataque terrorista por un supremacista blanco.
Desgraciadamente,
la siguiente descripción es exactamente lo que ocurrió el 17 de junio en
Charleston, Carolina del Sur, entre las 8:00-9:00 p.m.
Según testigos e
informes recientes, el pistolero de 21 años, Dylann Roof, entró a la Iglesia
Emanuel A.M.E. alrededor de las 8:00 de la noche. Se llamó a la policía local
alrededor de las 9:00 pm. De acuerdo con las/os testigos y las/os
supervivientes, Roof recargó su arma cinco veces. Ocho personas murieron en el
lugar, incluyendo el pastor de la iglesia, el reverendo Clementa C. Pinckney.
Después de una
búsqueda de 14 horas, Roof fue finalmente arrestado en Shelby-Carolina del
Norte, a unas pocas millas al oeste de Charlotte-Carolina del Norte, lugar
donde había sido asesinado Jonathan Ferrell por la policía.
Echándole más
leña al fuego, la bandera en el jardín del Capitolio de Carolina del Sur - la
bandera de la Confederación - está ahora ondeando a media asta para
"conmemorar" las nueve víctimas, muertas a manos de un terrorista
racista. Este gesto no es nada menos que una bofetada en la cara a la dignidad
humana – es como echarle ácido a una herida abierta de injusticia y
desigualdad.
No necesitamos
tener una conversación sobre la raza. Necesitamos tener una conversación sobre
la revolución y la Liberación Negra. Hay una diferencia política muy
importante. Irónicamente, la histórica Iglesia Emanuel AME de Charleston tiene
una historia profundamente arraigada en la lucha por la Liberación Negra y la
resistencia del pueblo.
En 1822, Denmark
Vesey, uno de los fundadores de la iglesia, fue investigado y capturado por las
autoridades de esclavos por su plan para organizar una revuelta de esclavos
allí en Charleston. Después de ser traicionado por un informante, Vesey y otros
36 descendientes de africanos esclavizados fueron ahorcados.
Por esa
participación, la iglesia fue quemada hasta sus cimientos por autoridades
locales y vigilantes. Los Códigos Negros y las leyes Jim Crow fueron
promulgados rápidamente para restringir todas las asambleas de esclavos,
incluyendo las que se celebraran en todas las iglesias del estado. Se
impusieron Pases de Viajeros, mientras que la patrulla de esclavos se convirtió
en la primera forma organizada y pagada de fuerza policial en los Estados
Unidos. Las/os negros fueron literalmente obligados a practicar su culto
clandestinamente en esa iglesia por más de 30 años, hasta 1865. El sentido
común dice que no se ondea una "bandera confederada" a media asta
para conmemorar una historia como esta.
Cualquiera que
conozca la historia del Sur de los EUA está bien familiarizada/o con el cruel
legado del estado de Carolina del Sur. Charleston fue en un momento el puerto
más grande e importante de esclavas/os en América del Norte.
Esta misma
ciudad y municipio local son directamente responsables de la muerte brutal de
Walter Scott hace apenas unos meses. Un
policía de Charleston le disparó ocho veces por la espalda. Solo porque ese asesinato fue capturado en
video pudo la verdad llegar a las masas.
Cuando las/os
jóvenes negros de las comunidades oprimidas de Ferguson-Misuri;
Baltimore-Maryland y Oakland-California decidieron levantarse valientemente y
se rebelaron contra la brutalidad policial, el racismo y el sistema
capitalista, fueron llamados "malhechores", "alborotadores"
y "rufianes". Por alguna
razón, Dylann Roof, un muy bien entrenado supremacista blanco, está siendo
pintado por los medios corporativos como un "lobo solitario" que
debía estar "enfermo mentalmente".
Estos medios han fracasado en abordar las cuestiones básicas, y tampoco
han utilizado el lenguaje correcto.
Ahora es el
momento para que la Iglesia Negra vuelva a sus raíces de resistencia
organizada, de la lucha por la libertad y la liberación. Mientras recordamos también el atentado en
1963 de la Iglesia Bautista de la Calle 16 en Birmingham-Alabama que mató a
cuatro niñas, canalicemos esta ira construyendo el movimiento tal y como lo
hicieron nuestros antepasados. Hagamos
que este dolor nos inspire para reunir nuestras comunidades y organizar cada
bloque. Hagamos que este trauma conduzca
a una nueva generación para que persiga su libertad y su completa liberación.
¡Que
el pueblo se levante contra sus opresores!
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