Desde Argentina
Fecha:
05/Marzo/2016
El 2016 Que Sea El Año Del Encuentro
Por
Daniela Saidman
Galeano escribió
que la utopía sirve para caminar. Como un faro estrella que desde lo lejos
marca el camino a seguir para no perderse, como una señal de que la tierra está
próxima, que la casa espera en el horizonte que apenas se divisa tal vez porque
una tormenta borra el paisaje. Así es la utopía, una especie de esperanza que
nos convoca a mirar el porvenir con la certeza de que el tiempo que nos aguarda
es mejor porque juntos lo haremos posible. Por eso este fin de año me abrazo
más que nunca a ella, a la utopía, tal vez como el último rayo de un ocaso que
cae tornasol sobre la tierra.
No hay duda de que
estas fechas que sabemos convencionales y de hechura humana, tienen cierto
sabor de vida vivida. Cuando el final de diciembre bordea la textura de un año
nuevo, a muchos nos da por hacer balance del tiempo transcurrido, de
lamentarnos por los abrazos que se perdieron, alegrarnos por los amigos que
ganamos y mantuvimos, de nostalgias a quienes están lejos y de pedirle a dios,
la vida, las estrellas o a nadie en particular, que el año que entra
irremediable en los calendarios por estrenar sean para seguir viviendo si no
felices, por lo menos con ratos de alegría compartida.
Este año que
termina fue sin duda alguna de los más intensos. Sufrimos grandes derrotas en
el optimismo, por eso más que nunca deseo y les deseo una utopía, una esperanza
que compartir, un sueño por el cual seguir hermanados.
El mundo que conocemos
está bastante más gris de lo que hubiéramos querido imaginar. Guerras, hambre,
naufragios y contaminación, son desgracias que tienen el sello de nuestras
civilizaciones. Dudo que podamos hacer mucho por remediar estas tragedias en un
año, pero ojalá que por lo menos los meses que vienen nos toquen con la
sensibilidad para conmovernos por quienes a través de las pantallas nos miran
sin mirarnos. Con un poco de buena suerte a lo mejor nos demos cuenta que el
dolor y el miedo de los niños sirios, afganos, palestinos, libios y nigerianos,
es la tragedia y el miedo de nuestros niños, porque no hay humanidad posible
sino asumimos el nosotros.
Así, abrazados a la
utopía es posible que podamos andar un poco más este 2016 tomados de las manos,
blandiendo la esperanza como la única vía para hacer del futuro el hogar de
todos. Sino es juntos y juntas el mañana luce bastante desolado, por eso cuando
este 31 de diciembre despidamos el 2015 pidamos que sea posible dejar atrás el
terror que nos produce el reconocernos en el otro y tengamos la valentía de
encontrarnos en las diferencias de quienes creemos ajenos, porque es
inocultable la proximidad de nuestra sangre y nuestros sueños.
Que este año que
inauguramos en Occidente, porque otros pueblos y otras culturas celebran el
tiempo en otras fechas y de otras maneras, nos traigan las voces de todos los
rincones de la tierra en único canto común, y que ese coro nos arrulle las
noches y nos despierte cada día con la certeza del milagro de la vida. Y que
para celebrar la existencia seamos capaces de hacer silencio para escuchar cómo
el sol baña de colores la tarde para después alumbrar de estrellas la noche.
Que ese coro de
voces negras, blancas, rojas y amarillas llene de poesía cada minuto, y ojalá
sea obligatorio leer esos versos esparcidos en el viento.
Y que la ternura
sea una marea que nos inunde para con ella hacer las banderas que deben ondear
en los mástiles de cada escuela, y que al arrearla cada tarde se nos meta en
los bolsillos para perfumar el abrazo al volver a casa.
Que los días que
están por venir nos regalen el amor en todas sus formas, en el beso de los
padres, en la caricia de los hermanos y en la piel y en el alma del cuerpo
amado. Que el amor sea el único destino que nos desvele y que después, en el
amanecer sepa a café recién colado. Que traiga buenas lecturas y mundos que
solo serían posibles en las hojas del mejor invento humano. Y que haya más y
mejores libros, y menos dispositivos electrónicos que nos separan cada vez más.
El 2016 debe ser el
año del encuentro. El año para sabernos juntos y tender puentes para cruzar o
esperar a quienes están en el otro extremo. Y que ya no desesperen quienes se
cansaron de esperar.
¿Para qué sirve la
utopía? Pues para todo esto, para iluminar el futuro, para andar hacia
adelante, en un abrazo infinito, que nos encuentra a los muchos que soñamos con
un mundo mejor.
dsaidman@gmail.com
Publicación
Barómetro
internacional.barometro@gmail.com
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