Desde
Venezuela
11/Octubre/2013
La mirada desde el corazón del Imperio;
El fantasma de la libertad
Miguel Guaglianone
El
25 de julio de este 2013 se realizó en el Centro de Estudios Rómulo Gallegos
(CELARG) en Caracas un foro que se tituló “El fantasma de la libertad” en el
que fueron ponentes el economista Mark Weisbrot y el analista de política
internacional Alex Main, director e integrante respectivamente del Centro de
Investigación en Economía y Política (CEPR) de los Estados Unidos.
Mark
Weisbrot centró su exposición en el caso Snowden, el espionaje global y la
situación interna de los Estados Unidos, mientras que Alex Main se refirió a
las formas de injerencia de los Estados Unidos en América Latina, su historia
reciente y su situación actual.
Ambos
ponentes, representantes de las visiones de izquierda actuales en los Estados
Unidos, manejaron sus exposiciones en un contexto de análisis muy cercano al
que podemos manejar desde estas tierras del Sur aquellos que intentamos
entender la geopolítica, las sociedades y la historia de nuestro entorno con
vistas a construir un mundo más justo. Con las lógicas diferencias debidas
tanto a la óptica cultural como a la formación ideológica (y hasta el idioma),
las líneas generales expuestas coincidieron con las opiniones y posiciones
mayoritarias de los asistentes al foro. El nivel de experiencia, de militancia
y de compromiso de la mayoría de estos asistentes permitió que esas
exposiciones se fueran convirtiendo, a través de comentarios y preguntas, en un
verdadero y fructífero diálogo.
Los
temas principales expuestos fueron pronto complementados por el complejo número
de variables y circunstancias que los rodean. A pesar de las coincidencias en
la visión y el análisis, la teoría dice que estos encuentros son imprescindibles
porque permiten que con la participación de los diferentes enfoques, surjan
nuevas ideas y líneas de análisis. En este caso esto fue demostrado de
inmediato, en el propio transcurrir del foro.
Ambos
ponentes aportaron en primer lugar un elemento que posiblemente les esté claro
en su cercanía al centro del poder, pero que para nosotros puede estar más
oculto en medio de la desinformación y deformación con que recibimos la
situación en los EEUU. Coincidieron que los Estados Unidos (refiriéndose a sus
instancias de poder y a su opinión pública) no han logrado reconocer los
cambios sucedidos en América Latina en estos últimos veinte años. Algo que
muchas veces sospechamos, pero siempre teniendo la duda de que la visión
imperial no puede ser tan unidimensional y de miras tan cortas. Siempre con la
desconfianza que posiblemente hubiera algo oculto detrás de esa visión tan
simplista que los Estados Unidos mantienen con respecto a nosotros (manteniendo
la necesaria mirada “conspiranoica” ). Desde el propio corazón del monstruo,
gente con nuestras mismas preocupaciones, nos confirma la realidad de esta
visión tan simplista. Esta visión explica también la naturalidad con que el
Secretario de Estado Kerry nos calificara recientemente como su “patio trasero”.
Nada ha cambiado para ellos.
Y
eso explica también con más claridad la forma en cómo los Estados Unidos
mantienen sus esfuerzos de injerencia en nuestro continente. La estrategia y la
táctica son las mismas que empezaron a utilizar en los años 60 del siglo
anterior, que suspendieron por alrededor de una década cuando apoyaron
(Kissinger por medio) las dictaduras
militares en nuestra región, bajo la doctrina de la “seguridad nacional”, pero
que volvieron a emplear a partir de que las dictaduras militares les
demostraron que no eran regímenes (a diferencia de las dictaduras personales
aupadas en décadas anteriores: Batista, Trujillo, Somoza, etc) demasiado
estables. En ese momento se hizo real el
principio que el control político no puede mantenerse demasiado con el mero
poder de las armas. A partir de allí, los Estados Unidos volvieron a utilizar
los métodos para la dominación que habían empleado desde principios del Siglo
XX sobre su “patio trasero”. (Presión diplomática, sistemas de espionaje, ONGs
financiadas por USAID y otras instituciones, compra de políticos corruptos,
manejo de instituciones transnacionales –OEA, FMI. Banco Mundial y demás– apoyo
político y económico a las derechas locales,
etc.).
Planteado
esto, en el diálogo se consideró que si bien Estados Unidos considera a los
gobiernos de “izquierda” o “progresistas” que no responden a sus intereses como
muy molestos y busca su caída, considera y sigue repitiendo hasta el cansancio
la fórmula de hacer llegar al poder en forma democrática o a través de los
nuevos “golpes suaves” a las fuerzas locales que los apoyan, aunque en la
práctica, exceptuando en los casos de pequeños países con fuertes derechas
(Honduras, Haití, Paraguay) esta política haya fracasado sistemáticamente (en
Venezuela, Bolivia, Ecuador). También se analizó como si bien básicamente la
política es la misma, se ha modificado en varios aspectos y se adapta a las
circunstancias actuales (respecto al volumen de financiación a las derechas por
ejemplo).
De
parte de los asistentes se consideró que esto hasta puede ser beneficioso para
nosotros, ya que los latinoamericanos estamos bastante claros (por haberla
sufrido durante más de medio siglo) de esa política y sus métodos, y que hemos
venido desarrollando las formas de resistirla (uno de los ejemplos podría ser
que ya nos adelantamos a los hechos, y se denuncian los pasos futuros de la
injerencia). Se nos dificultaría mucho una lucha que ya desde el principio es
muy fuerte si los Estados Unidos desarrollaran a través de su “inteligencia” o
sus “Thiks tanks” nuevas formas y métodos de dominación.
El
otro elemento que los visitantes aportaron con su óptica desde el interior del
Centro, estuvo referido a la verdadera situación interna de los EEUU. Hablando
del caso Snowden, cuando se les comentaba que posiblemente no hubiera una
reacción importante con sus denuncias (como no parece haberla frente al
reconocimiento oficial del presidente Obama de la tortura o el asesinato
selectivo como métodos válidos de ejercer la política), o que no parece haber
en los Estados Unidos un movimiento real de resistencia masivo tal como lo hubo
cuando la guerra de Vietnam, o aún exponiendo como ya no parece haber
reacciones masivas (ni en lo interno de los EEUU ni a nivel global) cuando se
denuncian hechos como el espionaje orwelliano global (siempre sospechado pero
ahora confirmado públicamente) o la utilización del asesinato y la tortura
referidos; allí la respuesta fue muy interesante. Aparentemente el sistema de
hegemonía comunicacional que mantiene a la mayoría de los ciudadanos de los
EEUU viviendo una “realidad” que nada tiene que ver con los hechos reales, no
sólo funciona hacia lo interno sino también hacia el exterior. Según nuestros
huéspedes los medios corporativos se cuidan muy bien de ocultar realidades
sociales que hoy están presentes en ese país. De esa manera no podemos percibir
como existe hoy en los EEUU una resistencia masiva, que si bien no tiene las
características publicas masivas de los movimientos por los derechos civiles o contra
la guerra de Vietnam de los años 60, es sin embargo muy importante. Y que por
ello también es tan importante que no trascienda. Un ejemplo concreto que nos
daban es como más del 75% de los norteamericanos consideran que los actos de
denuncia de Snowden son válidos y deben apoyarse. Otros ejemplos nos fueron
mostrando como la situación de resistencia en EEUU es mucho más importante de
lo que podemos apreciar desde aquí. Aunque –y así lo dejaron claro– la
situación interna norteamericana no es en absoluto pre–revolucionaria, sin
embargo el avance a nivel masivo del cambio de óptica de su población está más
adelantado de lo que pareciera. Un nuevo ejemplo además de cómo la hegemonía
mediática es absolutamente totalitaria, como funciona en varios niveles y desde
muchos ángulos.
Es
muy claro que en estas apretadas líneas no es posible reproducir todo lo
importante acontecido y expuesto en este foro (por suerte existe un registro
audiovisual realizado por la compañera Liliane Blaser). Nuestra intención ha
sido mostrar con un par de ejemplos significativos, como una vez más queda
demostrado que la pelea es una sola. Que es necesario que todos aquellos que en
los distintos lugares del planeta están dispuestos a enfrentar el tambaleante
status quo y a desarrollar nuevas alternativas para el futuro –sobre todo en
esta época de comunicaciones múltiples– mantengan no solo el contacto sino que
desarrollen sistemas comunes de trabajo. La antigua consigna del Siglo XIX de
“proletarios del mundo, uníos” sigue estando vigente, hoy abarcando mucho más
que a los obreros, incluyendo los nuevos estamentos sociales que han llegado al
protagonismo en el desarrollo de los procesos históricos. La contribución de
los compañeros desde el corazón del Imperio nos da nuevas armas para esta
larga, compleja y extensa pelea en la cual estamos comprometidos.
Por
la limitación señalada, tampoco hemos registrado aquí los posibles
colaboraciones que nuestra experiencia y nuestras visiones pueden haber servido
a nuestros invitados (que se dieron en el foro), Creímos que con mostrar dos
ejemplos de sus reflexiones estamos cumpliendo con la intención de reafirmar
nuevamente viejas ideas y conocimientos.
Una
vez más la comunicación y la colaboración desde todos los espacios posibles
representa –en este mundo tan globalizado– una práctica absolutamente
indispensable para llevar adelante las propuestas y acciones para un mundo
mejor.
miguelguaglianone@gmail.com
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