Desde Argentina
12/Diciembre/2014
La Desculturización; El Arma De
Destrucción Masiva Más Poderosa Del Capitalismo
Por Norma Estela Ferreyra
La cultura de mi país, Argentina, acaba de recibir un ataque de la derecha
capitalista, que siempre cuenta con vende patrias en el lugar donde libran sus
batallas. En este caso, fue el Jefe del
Gobierno Porteño, Mauricio Macri, quien
distinguió, recientemente a Marcelo Tinelli, nada menos que en el recinto de la
Legislatura de la Ciudad de Bs As, como personalidad “destacada de la cultura”
en dicha Ciudad.
El conductor televisivo del programa “Show Match”, era un muchacho, casi
tímido, cuando un día llegó a un canal
televisivo pero, seguramente, luego se dio cuenta de que para ganar dinero,
debía hacer una especie de circo humano,
vulgar y lleno de payasos, para promocionar la prostitución vip, un evento muy
rentable, donde se presentan, algunas muchachitas desconocidas, que son tomadas
como un objeto o una cosa, para ser promocionadas para los hombres de la política, o empresarios, como si fueran prostitutas vip
y que cobran en dólares por ser
mostradas semi desnudas. Naturalmente, que el oscuro negocio subyacente queda
oculto, Y el conductor del programa, no se da por aludido, aunque nadie le
cree.
Así, la derecha representada por Mauricio Macri y siguiendo las costumbres
del capitalismo mundial, que mira a las personas como si fueran bienes que
producen ganancias, provoca un acto de
desculturalización insoportable y
agraviante, para quienes nos tomamos en serio al arte y la cultura.
Esta especie de “Bomba” que nos cayó sobre nuestras cabezas, no provocó
heridas sangrantes, ni quemaduras, ni destruyó a la naturaleza, tampoco
contaminó la tierra, ni las plantas ni a los animales, empleando tóxicos, sino
que, destruyó la moral de los argentinos, especialmente de quienes nos avocamos a restaurar, día tras día, la
cultura y al arte, que fueron ya muy desvalorizados por los gobiernos militares
de facto.
Lo que sucede, es que estamos en una guerra de opresión psicológica y de
confusión de valores que viene envasada en las latas del llamado Primer Mundo,
pero que no es otra cosa, que una denigración integral programada del ser
humano. Un arma que se las trae.
Los aviones no tripulados, las bombas de fósforo o nucleares, no van a ser
los principales protagonistas en esta Tercera guerra mundial, que ha comenzado
desde hace tiempo, pero que se está acelerando de una manera inesperada. Y no
lo digo por esta incursión salvaje orquestada en el medio oriente, eso es sólo la
distracción necesaria, para que pensemos que está recién por comenzar y que la
guerra está en otra parte, cuando en
realidad, estos poderes mundiales, ya están a punto de lograr la
aniquilación del ser humano, como ser pensante y sujeto cultural.
Es que esta vez, las batallas no
pueden ser contaminantes, porque el planeta dejaría de existir y no serviría a los fines que se han
propuesto, los señores de este grupo
diabólico, pero muy inteligente, que nos
bombardea con armas que no son químicas ni atómicas, sino aún más letales para la raza humana, pero que dejaría
vivos a una tercera parte de la humanidad, aunque con otras características.
Una especie de seres desculturizados, al estilo zombies, ignorantes de la
realidad, esclavos especializados en la producción de bienes, y que deberán
consumir, ellos mismos, compulsivamente.
Basta con observar a nuestro alrededor, para ver lo que está ocurriendo.
Pero vayamos por parte. Hace mucho tiempo, que en nuestro planeta, están
trabajando para el dominio total de la mente humana y hace unos años, se comenzó a hablar de la
instauración de un Gobierno Global. Sin dudas, que esa globalización es el plan que se está llevando a cabo.
Pero a esta guerra, la vamos a solventar todos, sin que nos demos cuenta.
No sé si será más sangrienta que las anteriores, pero sí que aniquilará al ser
humano pensante, para transformarlo en un robot que produzca bienes y los
consuma, en beneficio económico del Poder mundial globalizado.
Las muertes serán selectivas y para ello se está atacando por aire, agua y
tierra. Pero no con aviones, submarinos ni ejércitos. La Tercera Guerra Mundial
que comenzó hace unos cuantos años en Africa y cuyo final, se está acelerando,
es una “Guerra Inteligente”, donde nadie se da
cuenta de que se está librando.
Si no tomamos medidas urgentes, con nuestros hijos y con nosotros mismos y
no reflexionamos sobre esto, muy pronto, seremos los personajes de la nave
espacial de la película WALLY, donde cada uno, sentado en una silla móvil con
control remoto incorporado, se comunicaba por computadora y comía alimentos en
pastillas. La diferencia, con nosotros, será que no tenemos sillas móviles sino
fijas frente a la pantalla.
Si observamos, cómo utilizan a la tecnología los niños, los jóvenes y
hasta algunos adultos de mi país, vamos a ver que es muy triste, verlos con la
cabeza hacia abajo, observando el Chat de su celular, donde quizás se esté
comunicando con la persona que está a su lado. En las aulas, los chicos hacen
silencio y hay orden, debido a su ensimismamiento con el chat, que mantienen
activado por debajo del banco o la mesa, que le sirve de pupitre. Hacen
evaluaciones escritas ayudados con grabaciones de voz o texto desde los
celulares y en general, los docentes no tienen problemas disciplinarios, debido
a que sus alumnos, están convertidos en robots humanos que, por supuesto, no
causan problemas de conducta si los dejamos vivir en su mundo virtual.
La cosificación del hombre, sería el mayor logro obtenido por este poder
mundial inteligente, que por ahora, nos está ganando la guerra. ¿Pero dejaremos
que eso ocurra? ¿O comenzaremos a actuar, poniendo límites, para el uso de
tantos juguetes electrónicos que invaden nuestra vida y destruyen la sociedad,
la solidaridad, la comunicación y el contacto físico con los seres humanos?
¿Seguiremos consumiendo la televisión basura, como la de Marcelo Tinelli y
tantos otros, para sentirnos cada vez menos valorizados? ¿Recuperaremos la
capacidad de pensar por nosotros mismos? ¿Seremos capaces de volver a mirarnos
a los ojos? ¿Dejaremos que nuestros
niños usen como quieran la tecnología o
les enseñaremos a usarla o a hacer un
barrilete? Por ahora, las bicicletas se oxidan en el patio trasero. Los niños
no saben el color de ojos que tienen sus tíos, ni cómo estaba vestida su
hermana, cuando salió de casa.¿Seremos capaces de torcerle el brazo a este
capitalismo criminal y salvaje, que se instaló en nuestros hogares? Presiento
que si no actuamos hoy, mañana será tarde. ¡Hagámosle un paro general al
capitalismo e intentemos salvarnos! ¿Te animás?
Yo, ya estoy lista.
normaef10@hotmail.com
Publicación Barómetro 06-11-14
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internacional.barometro@gmail.com
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