ALGUNAS ACTITUDES Y ACCIONES QUE DEBERÍAMOS EMULAR DE RUSIA EN MEDIO DE LA ACTUAL CRISIS ECONÓMICA - CEL

Desde Venezuela
11/Enero/2015


Algunas actitudes y acciones que deberíamos emular de Rusia en medio de la actual crisis económica
Por Carlos E. Lippo

Como es sabido por muchos tanto nuestra economía, desde comienzos del siglo pasado como la de la Federación Rusa, desde su constitución a la caída de la URSS en 1.991, han venido adoleciendo de una marcada dependencia de las actividades del sector de los hidrocarburos. En Venezuela, durante el período enero-septiembre del presente año las actividades del sector petrolero representaron el 11,64 % del Producto Interno Bruto (PIB) (1), mientras que en Rusia la participación de este sector en el PIB se eleva actualmente al 16 % (2); así mismo, en ambos casos dichas actividades representan con mucho la mayor fuente de ingresos en divisas extranjeras. Estas circunstancias por si solas serían más que suficientes para que la disminución continuada de los precios de los hidrocarburos, inducida por el imperio y las petromonarquías lacayas del Golfo Pérsico, que ha alcanzado un nivel del orden del 50 % durante los últimos 6 meses, hubiese generado una crisis económica de significación en ambos países.

Además de esta disminución inducida de los precios de los hidrocarburos se han producido de manera simultánea sendos ataques de carácter político a los signos monetarios de ambos países (Bolívar y Rublo), por parte de las fuerzas del imperio y sus respectivos agentes nacionales, lo cual ha generado una devaluación del Rublo del orden del 40 % y una demencial subida del dólar en el mercado paralelo de divisas de Venezuela, en el que alcanzó a cotizarse hasta a 200 bolívares por unidad.

Pero como si esto fuera poco o pudiese quedar alguna duda sobre sus intenciones, el imperio, de manera directa y arrastrando a los gobiernos de las serviles “potencias” de la OTAN, ha decretado desde comienzos del 2.014 severísimas sanciones económicas en contra de Rusia, las cuales fueron ampliamente reforzadas el pasado 18 de diciembre, en la misma oportunidad en la que el presidente Obama firmó el ejecútese de una oprobiosa ley que lleva por título: “Ley para imponer sanciones específicas a las personas responsables de violaciones de los derechos humanos de manifestantes antigubernamentales en Venezuela, para fortalecer la sociedad civil en Venezuela, y para otros fines” (3), que en principio serviría para sancionar con medidas como retiro o no otorgamiento de la visa, congelamiento de cuentas bancarias y embargo de activos a poco más de una veintena de funcionarios venezolanos escogidos a dedo por ellos, pero que según el último objetivo declarado en el título, podría servir para justificar legalmente cualquier vaina en contra de nuestro país. Estando totalmente claro que los pretextos declarados para decretar estas sanciones (la actuación rusa en el marco de los acontecimientos de Ucrania y la presunta violación de los derechos humanos por parte del Gobierno Revolucionario en el caso de las guarimbas) son absolutamente falaces, es también absolutamente claro que de lo que se trata es de “castigarnos” por estar defendiendo férreamente nuestras respectivas soberanías. Es el caso de decir que aunque desde diferentes cubiertas, estamos navegando sobre el mismo barco, con el pueblo y el gobierno de la Federación Rusa.

A diferencia de lo señalado por el presidente Obama en una entrevista difundida por AFP (4) el pasado 29 de diciembre en el sentido de que la estrategia de sanciones contra Rusia, lo mismo que las  “perturbaciones” inducidas en el precio del petróleo estaban dando sus frutos y que la imagen de Vladimir Putin comenzaba a desgastarse, no pocos economistas estadounidenses, un Ex Subsecretario del Tesoro de Ronald Reagan, el Dr. Paul Craig Roberts entre ellos, han señalado que si Rusia quiere, puede provocar una serie aterradora de eventos que pondrían de rodillas al sistema financiero occidental, derrumbando por completo el sistema bancario. Según este economista bastaría conque Rusia, alegando que el ataque sobre el Rublo es de carácter político, plantease diferir el pago del próximo tramo de su deuda con los bancos europeos previsto para el 2.015, hasta que se alcanzase la estabilización su signo monetario. En la misma entrevista el Dr. Roberts señaló que la mayor maniobra que tiene Rusia a la mano para contrarrestar esta brutal ofensiva económica sería dejar de vender gas natural o cualquier forma de fuente de energía a los países de la OTAN (5). Entonces Míster Obama, ¿quiénes son los realmente vulnerables en la actual coyuntura promovida por Ustedes?

Considero que la estrategia del gobierno ruso para librar esta guerra, apoyado por la voluntad inquebrantable de la mayoría de su pueblo de no venderse a los intereses occidentales, lo que ha hecho fracasar cualquier intento de implantarle desde afuera una de sus “famosas revoluciones de colores”, ha estado basada fundamentalmente en actitudes y acciones como las que paso ahora a señalar y que son precisamente las que propongo emular, por supuesto que adaptándolas a nuestra realidad y en la medida de nuestras posibilidades:

·         Un reconocimiento público de la magnitud exacta de la crisis, de sus causas internas y de las manipulaciones del imperio que la han precipitado, tal como lo ha hecho el propio presidente Putin el pasado 18 de diciembre en una acostumbrada rueda de prensa internacional (6), en la que junto con denunciar las manipulaciones del imperio señaló que Rusia tiene parte de la responsabilidad por no haber diversificado lo suficiente su economía, manteniéndola muy dependiente del sector de los hidrocarburos, pronosticando valientemente que la solución total de la crisis habrá de alcanzarse en alrededor de 2 años, lo cual debe entenderse como un llamado implícito a la austeridad de un pueblo que dicho sea de paso tiene niveles de consumo muy por debajo de los de las economías de su misma escala: USA (10 veces menor), Japón (3,5 veces menor), China (3 veces), Alemania (2 veces) y Gran Bretaña (1,6 veces menor) (7).

·         El embargo por un año de las importaciones agrícolas, básicamente de frutas y legumbres, provenientes de la Unión Europea, en especial de Lituania, Polonia, Alemania, Países Bajos, Dinamarca y España, que ascendieron en 2.013 a la importante cifra de 5.252 millones de euros (6.700 millones de dólares) (8), lo cual pone en grave riesgo unos 130.000 empleos directos en la ya deprimida Europa.

·         La creación de fuertes estímulos para la inversión privada en el sector agropecuario como una medio para alcanzar la soberanía alimentaria y comenzar la necesaria diversificación económica, lo cual ya ha impulsado a inversionistas nacionales del área financiera, algunos de ellos sujetos a las sanciones económicas gringas, a invertir en este deprimido sector (9).

·         Un ataque frontal a la divisa estadounidense, por vía de exigir el pago en oro de sus exportaciones de hidrocarburos a la Unión Europea y/o en la adquisición de oro a los precios actuales que están artificialmente deprimidos por el imperio, a partir de los dólares que reciben como pago de estas exportaciones. Por vía también de utilizar sus monedas nacionales como medio de pago de las transacciones comerciales con los otros miembros del Grupo Brics: Brasil, China, India y Suráfrica.

·         Una sustitución intensiva por oro monetario de las divisas extranjeras (dólares, euros, libras…) que constituyen parte importante de sus reservas internacionales, aunada a la disposición expresa del Banco Central Ruso de utilizar parte de estas reservas en oro para el pago de sus importaciones en el caso que esto fuese necesario.

·         Un acuerdo cambiario bilateral tipo “swap” (contrato que permite intercambiar flujos de caja futuros según una fórmula preestablecida) con China, suscrito a principios de octubre por los respectivos bancos centrales y apenas dado a conocer públicamente el pasado día 29, que prevé un canje por un monto más o menos equivalente a 150.000 millones de dólares, lo cual según el portal Zero Hedge implicaría un golpe devastador sobre el dólar.

Considero que todas las medidas anunciadas por el Presidente Maduro para solventar la crisis, en particular las de carácter tributario, son apropiadas y factibles de implantar a corto plazo, como se requiere. Me hubiera gustado sin embargo que hubiese hecho un reconocimiento más explícito de la gravedad de la crisis, creyente como soy de que nuestro pueblo está llamado a ser un actor protagónico para su solución y de que uno de los mayores obstáculos a superar es su feroz consumismo, que lo lleva a endeudarse para comprar equipos de comunicaciones y electrodomésticos de carácter totalmente dispensable en cantidades mucho mayores que países latinoamericanos con poblaciones mucho más grandes que la nuestra, como la brasilera que es casi 7 veces mayor y la mejicana, cuatro veces mayor que los casi 30 millones que somos nosotros en la actualidad. ¡Basta ya de seguir adquiriendo en cantidades de asombro: celulares de última generación, tabletas, televisores tipo plasma, blu-rays, juguetes ladillas y poco imaginativos pero carísimos, “ropas de marca” confeccionadas en China, procedentes del llamado “primer mundo industrializado” y demás mierdas cuyas publicidades excesivas y pastosas nos las hacen ver como indispensables y generadoras de estatus social!

Al expresar mis dudas sobre la posibilidad real de incorporar al esfuerzo titánico que habrá que hacer para diversificar la economía y lograr la soberanía alimentaria, a los “productores” tradicionales de alimentos del sector privado, abogo por que se encomiende un rol protagónico a las comunas, debidamente financiadas, asesoradas y apoyadas por todos los niveles de la administración pública. ¡Ya está bueno de seguir apoyando con cuantiosas divisas preferenciales a supuestos productores, realmente elaboradores, como el “pelucón” que jamás en su vida se ha ocupado de sembrar alguno de los rubros agrícolas que tantas ganancias le han reportado o el ciudadano aquel que tan sólo con llamar cerdo a nuestro querido cochino ha hecho el “milagro” de convertir a Venezuela en el único país del mundo en el cual la carne porcina es más cara que la carne vacuna, cualquiera que sea su procedencia!

Estimo que todas las acciones que listé en el párrafo 5, actualmente en desarrollo pero ya de comprobada eficacia en el caso ruso, son susceptibles de ser implantadas, con las adaptaciones requeridas por las diferencias de escala de ambas economías y haciendo uso de  nuestros propios mecanismos de integración económica (ALBA-TCP, PETROCARIBE y MERCOSUR) y acuerdos como el sistema SUCRE (Sistema Unitario de Compensación Regional), lo que permitiría ir reduciendo la presencia del dólar estadounidense en nuestras transacciones comerciales. Su mención en estas notas tiene el propósito de servir de apoyo al equipo asesor en materia económica cuya formación anunciase el Presidente Maduro días atrás. De más está el decir que no pretenden ser consideradas como las únicas, ni mucho menos como las más importantes.

¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!

(1)    www.bcv.org.ve










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