Desde Panamá
11/Enero/2015
Cuba, un año más de revolución bajo el signo de un
gran triunfo antiimperialista y democrático
Por Olmedo
Beluche
A
Celia Hart Santamaría,
Quien
con una sonrisa y un sesudo artículo;
Nos
hablaría de estos nuevos motivos para estar optimistas.
Este 1 de enero de 2015 la Revolución
Cubana alcanza sus 56 años de espléndida madurez. El pueblo cubano celebra este
aniversario bajo los efectos de un reciente triunfo por partida doble: la
liberación de los 5 héroes y el reconocimiento formal de parte del imperialismo
yanqui, por boca del presidente Barack Obama, del fracaso de medio siglo de
agresión, bloqueo y sabotaje económico y de todo tipo. De verdad que la cosa es
para brindar con una botellita de Havana Club.
La Revolución Cubana (con mayúscula)
cambió la historia del mundo y de este continente. Nada de lo importante que ha
sucedido en Latinoamérica en este periodo se entiende sin el proceso cubano. En
Panamá, por ejemplo, la fuerza de la Gesta del 9 de Enero del 64 tal vez no
habría sido la misma de no tener como referencia la victoriosa revolución de
los barbudos caribeños. Igual se podría decir de la valentía de los dominicanos
que resistieron heroicamente la invasión de 1965.
Ni mi propia vida, que crecí escuchando
Radio Habana Cuba puesta por mi padre, ni la de mi generación podría entenderse
a cabalidad sin referirnos al influjo benéfico de Cuba y su revolución. ¿Habría
habido un Hugo Chávez y un proceso bolivariano en Venezuela sin Cuba? Tal vez,
pero habría sido distinta la historia. Así podríamos referirnos a cada país por
separado a o de conjunto en este continente.
Cincuenta y seis años de revolución en
un mundo donde ha pasado de todo: desde el boom económico de la posguerra hasta
la globalización neoliberal; dos o tres crisis económicas profundas que han
conmovido los cimientos del capitalismo; las luchas por la liberación nacional
que barrieron el colonialismo en África y Asia; las sanguinarias dictaduras
militares de América Latina y las falaces "democracias" neoliberales;
la expulsión de Cuba de la OEA y el levantamiento de aquella resolución en una
Asamblea promovida por el gobierno de Mel Zelaya de Honduras; un mundo que ha
visto desde el fracaso norteamericano en la guerra contra Vietnam hasta los
fracasos recientes en Afganistán e Irak; y, como no, desde un "bloque
socialista" encabezado por la Unión Soviética hasta la Caída del Muro de
Berlín, la desaparición de la URSS y el curso capitalista del "socialismo
de mercado" chino.
En medio de todos esos vaivenes, y
muchos más que se podrían agregar, de la política y la lucha de clases mundial,
la Revolución Cubana ha perdurado hasta hoy, sobreviviendo a todos los embates
que se han lanzado contra ella, incluso cuando en los años 90 quedó sola,
aislada y bloqueada por los cuatro costados, defendiendo el único remanente de
la transición al socialismo que construyeron la revoluciones del siglo XX que
queda.
Cuba y su revolución, a pesar de los
pesares, de los "periodos especiales" y no tan especiales, pese a las
limitaciones y miserias, ha demostrado las grandes posibilidades de una
economía no capitalista, de una economía en transición al socialismo para la
especie humana.
En Cuba no se come carne todos los días,
lamentablemente, pero nadie se muere de hambre; en Cuba, no cualquiera puede
comprarse un automóvil nuevo, pero no hay ni niños de la calle, ni niños
trabajando en condiciones de explotación. En Cuba hay un déficit habitacional
enorme, pero no hay familias durmiendo
con cartones en las aceras. En Cuba el salario no alcanza para llegar al final
de mes, pero sus habitantes no se ven acosados por la delincuencia, las drogas
o la inseguridad.
Claudio Katz ya lo ha dicho: "La
principal enseñanza reciente de lo ocurrido en Cuba es la enorme capacidad de mejora
popular que ofrece un esquema económico-social no capitalista. En medio de la
penuria económica, el aislamiento diplomático, las provocaciones militares, las
presiones financieras y la agresión mediática se lograron preservar parámetros
de esperanza de vida, escolaridad o mortalidad infantil muy superiores al resto
de la región.
Esta extraordinaria realización resulta
incomprensible para los apologistas del capitalismo. Como no pueden presentar
ejemplos equiparables, eluden cualquier mención de esos logros. Cuba demostró
de qué forma se puede evitar el hambre, la delincuencia generalizada y la
deserción escolar con escasos recursos." (La epopeya cubana).
Este gran triunfo doble que celebra
Cuba, junto a todos los antiimperialistas, demócratas consecuentes y
socialistas del mundo se debe: en primer lugar, a la resistencia de su pueblo,
a su perseverancia y orgullo de no
doblegarse ante la esclavitud y la dominación extranjera, es una herencia de
sus próceres, José Martí principalmente; en segundo lugar, al apoyo solidario
de millones de personas, en especial de hermanos latinoamericanos, que
permanentemente nos hemos movilizado para defender a la Isla y su derecho
a la libertad e independencia, en todas
las circunstancias que pasaron durante medio siglo y poco más.
Con perdón de mi amigo personal, y
referente del marxismo consecuente de este inicio de siglo XXI, Guillermo
Almeyra, pero debo "boronear" un poco: también tiene su parte (y no
poca) del mérito en este triunfo la dirección política cubana, en particular
Fidel y Raúl Castro.
Por algún motivo, que algún sesudo
historiador analizará algún día, la
dirección política cubana, con sus metidas de pata y con sus aciertos, con sus
burocratadas y sus apelaciones democráticas a las masas, con sus zigzagueos a
la izquierda y a la derecha, parece reflejar un proceso revolucionario que se
abrió hace 56 años y que no se ha cerrado, que sigue vivo y luchando. Por eso
ha subsistido hasta hoy, por eso, hasta ahorita, no se ha anquilosado y
revertido al capitalismo como en Europa Oriental, Rusia o China. Estos no son "burócratas" al estilo
de los de Rusia. No sé qué, pero algo es distinto.
A mi me parece bien que las reflexiones
en torno al reconocimiento de Obama del fracaso de 56 años de bloqueo y su cambio
de política, se pregunten ¿qué motivaciones hay detrás? Porque el imperialismo
ni está derrotado, ni vencido. ¿Qué relación hay entre el nuevo enfoque de la
Casa Blanca hacia Cuba y las reformas económicas que implementa el gobierno de
Raúl Castro? ¿Qué dice la nueva ley de inversiones cubana?
Y, dicho potencialmente, conviene
advertir la posibilidad de que la acumulación de medidas económicas, de
apertura comercial y de todo tipo, puedan terminar minando el proceso
revolucionario cubano o llevándolo por una senda semejante a la restauración
capitalista de China y que justamente ese es el objetivo de Obama.
Katz, que no sé que está comiendo pero
lo veo cada vez más clarito, en su más reciente artículo (China, un socio para
no imitar), explica que el proceso de restauración capitalista en China pasó
por dos momentos, uno de 1978-92 y otro del 1992 hasta ahora. En la primera
fase "se reintrodujo limitadamente el mercado dentro de un sistema de
propiedad pública. Se buscaba fomentar el desarrollo agrícola, la expansión del
consumo y la gravitación de la pequeña empresa
en un marco de precios parcialmente libres".
¿Esta es la fase en la que están las
reformas cubanas? Yo creo que hay limitaciones políticas que impiden a la
dirección cubana comprometerse con la plena restauración, pero me parece bien
advertir los peligros. Lo que no me parece son los esquemas sectarios que dicen
reconocer el reciente "triunfo" y seguidamente se mandan una
"catilinaria" que, bien leída, significa que no reconoces ningún triunfo.
Algunas corrientes trotsquistas desde los años 90 dicen que Cuba es
"capitalista" (???!!!), otros ya califican de "burócratas
restauracionistas" a la dirección cubana.
Yo creo que el sentido común indica que
hay que ser cuidadosos, y no dar por hechos posibles tendencias, en especial
ante un triunfo político tan grande como el reciente, y ante 56 años de proceso
revolucionario continuado, en que el que se han cometido algunas atrocidades,
como las listadas por Almeyra (Notas a la epopeya cubana de Claudio Katz), pero
también se han dirigido grandes victorias.
Hay que advertir los peligros de las
reformas económicas y la creciente diferenciación social que promueven, pero
también hay que estar claros en que la estatización completa fue un error (o
una necesidad política superada) y que socialismo no es sinónimo de
estatización. Con la crítica hay que decir, qué se haría distinto.
De todo lo leído yo destaco una medida
política, más que económica: independencia de los sindicatos del estado (como defendió
Lenin en la URSS) y la mayor democracia y consulta popular. Por supuesto, el
futuro de Cuba, del socialismo y de la humanidad está en la lucha de la clase
obrera contra la explotación capitalista y el triunfo de las revoluciones del
siglo XXI.
Celebremos hoy este 56 aniversario de la
Revolución Cubana, celebremos la liberación de los 5 héroes, celebremos la
derrota política del imperialismo admitida por Obama, porque estas pequeñas
victorias democráticas y antiimperialistas acercan el triunfo final de la
Revolución Socialista en el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario