Desde República De
Chile
Fecha:
05/Marzo/2016
Economía Chilena: ¿Equivocaciones O Teorías Caducas?
Por
Omar Villanueva Olmedo*
Debiera haber
preocupación de las autoridades, academia, medios de comunicación
especializados, ciudadanos y políticos por los equivocados anuncios que se
entregan para importantes variables económicas relacionadas con el futuro de la
TPM, del PIB y del IPC, que sólo se podrá verificar cuando ese futuro sea
presente.
1.- Asumir los
errores con humildad. Existe una equivocación cuando hay una diferencia entre una cifra
anticipada, entregada hoy, y la cifra que es real en el mañana. Esto ocurre aun
cuando se disponga de importantes recursos e información, de expertos con altas
calificaciones, con adecuados medios para divulgarlas y con reuniones con
dignatarios para comunicarlas. Todo esto no elimina ni aminora el grado de las
equivocaciones, ni la gravedad de sus consecuencias, ni la ausencia de críticas
y autocríticas. En Chile según se observa los profesionales no se equivocan.
Tampoco, por otra
parte, se puede esperar que en estas materias las cifras proyectadas coincidan
con la realidad futura, puesto que cuando ello ocurre es pura casualidad.
Reiteradamente en
la consultoría a empresas se anticipan los futuros, con metodologías para esbozar las posibles
realidades por acontecer, de manera de llegar a potenciales hechos y cifras que puedan ser utilizadas para
propósitos específicos. Y al mismo tiempo que “se anticipan los riesgos que tales
hechos y cifras pueden contener” y se preparan acciones contingentes
alternativas para aplicarlas si la realidad muestra valores que se distancian de los esperados.
2.- EL TIP de
Chile. Vamos ahora estas tres variables: TPM, el IPC y el PIB.
La TPM - tasa de política monetaria del Banco Central - es una cifra,
que resulta de una decisión, desde el punto de quien la toma y cuyo objetivo es que produzca unos determinados cambios en las condiciones
económicas futuras: precios internos y nivel económico. Sin embargo, para
las empresas y las personas que están
fuera del círculo de la decisión e influencia en la decisión, la TPM es una
variable aleatoria, puesto que su valor futuro es incierto para ellos, no así
para quienes la toman. Por otra parte, el PIB y el IPC son variables aleatorias.
Desde enero
del 2012 (hace 3 años y medio) se tomó
la decisión de empezar a bajar la TPM con el propósito de afectar positivamente
la economía en cuanto a la inversión, el crecimiento y los precios. En este
tiempo no ha mejorado el PIB - producto interno bruto - que desde 2012 y años siguientes ha sido:
5,5%, 4,2% y 1,9%, en franca
declinación. Hace 1 año y medio que la TPM es menor que el IPC acumulado, lo
cual significa “una tasa de interés negativa” (que no ha impulsado la inversión). Y para colmo de males el
IPC acumulado ha sido en los últimos
nueve meses superior al 4%, cuando la mayoría de las anticipaciones realizadas
por la autoridad, para este indicador,
han estado alrededor del 3% o sea un punto de diferencia o error de pronóstico
que no es menor y que ocasiona transferencias siderales de riqueza entre los
actores económicos que concurren al mercado.
3.- ¿Sorpresas
económicas o sorprendidos? Inquieta que
quienes estén continuamente trabajando con estas variables u opinando sobre
ellas pasen por encimas de estas tremendas fallas de los pronósticos como si no
ocurriera nada y nadie se da el trabajo de estimar los volúmenes de recursos y riqueza que se
traspasan entre empresas y personas, en el país, debido a estas y a título
totalmente gratuito. Tampoco se ha dado una explicación sobre aquellas variables pertinentes que dejan sorprendidos
a los anticipadores, y los hacen revisar
“variables inobservables” (sic).
También llama la
atención afirmaciones como: “no debiera sorprender que en el próximo IPoM se produzca una nueva revisión a
la baja de nuestra proyección de
crecimiento“. ¿Significa suponer que la información que se obtendrá más
adelante corroborará este aserto? ¡Pero si el futuro es incierto! O no se han
dado cuenta que todas las diferencias que se han producido en los últimos años son el resultado de los anuncios realizados con la información
que en ese momento ya se tenía. ¡Nunca se tiene la información cierta sobre
hechos futuros, como se enseña en la
prospectiva!
En resumen, se
decide una TPM a la baja en un largo periodo que tiene por objetivo que el PIB
vuelva a crecer y lo que se produce es todo lo contrario. Malo, muy malo. Y al
mismo tiempo se equivocan cuando por el incremento casi constante del precio del dólar y de la UF se incrementa o se mantiene un alto IPC. Es decir, todo
malo. Pero muy malo.
4.- Proyecciones
adivinanzas versus anticipación. Y otra atención: ”habrá una nueva revisión a
la baja de nuestro crecimiento proyectado para el año” ¿quiere decir que eso
ocurrirá? Lo complejo de esta aseveración es que en una semana más o en uno o
más meses podrían ocurrir cambios que pueden dejar sorprendidos a todos los
pronosticadores: cambios de crecimiento de China, Brasil, Japón, Unión Europea
y otros, variaciones del precio del petróleo, cobre y de otras materias,
belicosidad extrema y límites, cambio climático, estabilidades de gabinetes y
de gobiernos, criminalidad, conflictos locales y étnicos, huelgas y
manifestaciones masivas, retro reformas y neo formas, irrupción de efectos de
las nuevas tecnologías e innovaciones que cambien masivamente nuestras más
queridas soluciones actuales entre otras, las del trabajo.
Algo, mucho o poco
de todo esto puede ocurrir a continuación, aun antes de terminar el año y
obligará a tomar decisiones sobre la TPM que afectará de forma positiva o
negativa al PIB y a la inflación y nos impactará a todos, pero como los que
normalmente opinan sobre estos temas lo hacen como si fueran a afectar a seres
de otro planeta, nosotros creemos que estos temas repercuten a todas las
industrias y empresas, a todas las personas, y en particular a las de ingreso
menor.
5.- Conclusión. ¿No
sería mejor que quien proyecte las principales variables de la economía no sea
el Banco Central sino que un ente independiente para que así no se tomen
decisiones sobre la TPM que luego tienen que ser explicadas porque los errores
estuvieron en las estimaciones? Nos parece poco prudente que el mismo que
proyecta sea el que decida y afecte por años a toda la población, con
decisiones que definitivamente no condujeron a lo que decía la receta: “bajar
la tasa de interés y en un semestre la economía empieza a responder
favorablemente”? ¿No estará ya fenecida esta teoría económica como lo demuestra
el bajísimo crecimiento japonés y el de la Unión Europea, por muchos años?
Aunque ellos si tienen la gracia de que han logrado una magra inflación.
Cambia todo cambia
y por lo mismo ¿No debería entonces la economía revisar su proyectiva e innovar
partiendo por una humilde autocrítica y revisión de sus teorías y metodologías
más queridas, que dan soporte a las actuales decisiones sobre política
económica? Finalmente, la ausencia de una Agencia de Estudios del Futuro (ADEF)
independiente o de Institutos o Centros de Investigación ad hoc - serios y bien dotados extra marketing - le
está costando demasiado caro a los chilenos. Más grave aún si se carece de una
Estrategia País Consensuada (EPC) de largo plazo y que concentre las esperanzas
de desarrollo en un programa de gobierno consistente, con planes y objetivos
medibles, controlables y bien financiados, más que en la ilusión en
candidato(a) s que ofrezcan llevarnos mágicamente al desarrollo.
Economía Chilena: ¿Qué Irá A Pasar?
1.- La anticipación de las cifras económicas.
Una actividad
importante y recurrente de la vida económica
es la elaboración de proyecciones
o cifras de anticipación sobre el o los
posibles futuros. Muchas de estas proyecciones se expresan en indicadores o
variables como: Producto Interno Bruto (PIB), comercio exterior, precios de
materias primas, tasas de interés, índices de precios y de sectores
manufactureros y de servicios e indicadores de felicidad, contaminación entre
otras. Las anticipaciones de variables sobre la economía local o global ayudan
a tomar decisiones a las autoridades y
al público en general o reciben los efectos de ellas. A su vez, las
proyecciones difieren entre instituciones y profesionales, lo que es lógico,
por los métodos empleados y por la incertidumbre intrínseca del futuro.
Las instituciones y
los profesionales que realizan estas proyecciones utilizan diferentes métodos y
modelos, los que convendría que fueran mencionados explícitamente,
especialmente cuando son modelos complejos o muy particulares o personales o saber
si solo son intuiciones e instintos.
2.- Una forma de generar cifras de anticipación.
Esta nota se
refiere a una proyección, hecha hace pocos días por un grupo de profesionales,
que recomendaba la mantención de la tasa
de política monetaria (TPM) basada en aspectos
económicos, como: nivel de Imacec, IPC, dólar, precios de los productos
básicos, términos de intercambio, flujos comerciales de capital e inestabilidad
financiera, especialmente en China. Todos estos hechos habían ocurrido o
estaban ocurriendo y, por lo mismo, se disponía de los datos e información
respectiva con certeza. En el comunicado que conocimos por medios de
comunicación pública para escribir esta nota
no se indicaba él o los métodos
empleados para llegar a dicha recomendación, ni los beneficios que se
obtendrían de aplicar dicha recomendación.
Lo anterior lleva a
preguntarse: ¿Qué hubo de futuro en la recomendación de mantener la TPM y
en la decisión respectiva? La
recomendación tendría efecto si es que la autoridad la usaba en su decisión, la
que se tomó al día siguiente. Y aunque
muy cercanas las fechas de la recomendación y de la decisión, en ese día
pudieron ocurrir hechos que no fueron anticipados por la primera.
Es posible,
también, que el decisor haya optado por mantener la TPM sin tomar en
consideración la recomendación ya que el informe oficial recurre a otras
variables económicas para justificarla: la tasa de interés de la FED, la
volatilidad de los mercados financieros, los eventos en China, la depreciación de
las monedas de países emergentes, la caída en las bolsas, la baja en el precio
de las materias primas, en particular el cobre y el petróleo, la actividad
económica mundial, la variación del IPC, los índices de confianza, la tasa de desempleo, la variación anual de
los salarios, todo lo cual corresponde a: “información histórica”. Y se agrega
que las “expectativas de inflación a dos años permanecen en 3%” (¿?) y se
reafirma el compromiso de que la inflación proyectada se ubique en el mismo
porcentaje. Estas frases se refieren al futuro, pero como ese futuro es
incierto, lo más probable es que ese punto en el recorrido de la variable
inflacionaria no ocurra. Además, no se explica, ni se sabe, por qué la
inflación a comienzos del 2018 será 3%,
es decir, se soslaya, por lo menos, lo
que tendría que ocurrir entre ese día y comienzos de 2018 para que el
compromiso se cumpliera. Y como eso se refiere al futuro, e insistimos que es
intrínsecamente incierto, sería muy arriesgado anticipar con tanta certeza el
camino que se está suponiendo se recorrerá en los dos años.
3.- Efectos posibles - deseables e indeseables - de la
cifras de anticipación.
Lo que sí se sabe
es que la TPM estará vigente en un futuro, indeterminable para los agentes
económicos. Por los antecedentes obtenidos, tanto en la recomendación como en la decisión, el
comportamiento en ese tiempo futuro se ha anticipado sólo sobre la base de datos presentes o históricos (una proyección
del pasado), los que no sabemos es si
tendrán mucha o escasas relación son los acontecimientos reales futuros. Sólo en ese momento futuro por ocurrir se sabrá si la cifra anticipada, por los
expertos, fue acertada o no. Es posible que la TPM que produzca los mejores
resultados en términos del futuro logro de la meta inflacionaria (expectativas
de inflación a dos años de 3%) esté alrededor de la cifra decidida. Pero, lo
que sí se sabe con certeza es que: en
los dos últimos años la TPM elegida no fue
la adecuada, con un IPC del 2014 del 4,6% y del 2015 fue 4,4%, bastante
lejos del, también, 3% anticipado.
En las noticias en
comento no se hace ninguna referencia a elementos de anticipación que podrían
ocurrir entre el día de la decisión y principios de 2018, los que podrían tener
valores muy muy diferentes a los utilizados para hacer la recomendación y para
tomar la decisión, cuando siempre es posible que en el futuro se presenten
situaciones completamente desconocidas o indeseadas, que hagan que los
resultados futuros se aleje más o menos de la realidad esperada o casualmente
coincida con ella.
Si es que modelos
empleados para tomar estas decisiones, de gran repercusión pública y económica
-por las grandes transferencias de riqueza extra mercado que conllevan- se
basan en información histórica sería importante que se anticiparan, por lo
menos, algunos aspectos futuros
inciertos para la economía nacional o mundial, sobre la base de las tendencias
y los cambios en las tendencias, así como de las turbulencias y rupturas posibles,
de manera de tener antecedentes alternativos sobre el futuro en el que
indicadores como al TPM o el IPC van a producirse. Así, se darían más
antecedentes para la toma de decisiones de los agentes económicos y las
personas. Por esto, nos parece complicado
que se tome la decisión de mantener la TPM basado sólo en información
presente o pasada y que se excluya la incorporación de elemento de anticipación
que señalen que es posible que uno o más de esos elementos futuros posibles
altere dramáticamente las consecuencias de tener, por ahora, una TPM inmóvil
sobre: ahorro, inflación, crecimiento, inversión, productividad e innovación.
La frase: “las
expectativas de inflación a dos años plazo permanecen en 3%” se presta para
llegar a distintas inferencias: a.- Que sea
un objetivo a lograr, por lo que podría no tener casi relación con lo
que ocurra al término de los próximos dos años, dado que los cambios de precio
están fuera del control del decisor. b.- Que sea una anticipación de lo que se ha estimado es
el valor más probable que ocurra al término de los dos años y, si no se dan sus
rangos posibles, terminaría por ser un valor futuro cierto, lo cual atenta
contra el sentido de incertidumbre del futuro.
4.- ¿Y es posible mejorar las anticipaciones?
Nos interesa que
esta nota sea una colaboración para ayudar a dirigentes públicos y privados,
que tan repetidamente tienen que dar cambios bruscos a sus
anticipaciones, porque se apartan de sus valores reales, como ocurrió con los “brotes verdes” del 2015 y con la seguidilla
de baja en las estimaciones del PIB del año pasado y del presunto PIB de este
año. Reconocemos que no es posible tener acierto en las cifras que se anticipan
y que quienes son responsables de estos trabajos tienen el mejor de los
propósitos de contribuir al desempeño de los agentes económicos y de las
personas en general. Además, con
los métodos y modelos de anticipación
que se dispone en el presente, tal vez nunca
seamos capaces de acertar con estas anticipaciones económicas. Pero, por lo
mismo, es importante entregar más detalles sobre el camino que se tendría que
recorrer para que las cifras anticipadas se cumplieran y, por lo menos, los más
significativos cambios que podrían echar por tierra lo anterior.
Algo muy parecido
ocurre con las anticipaciones en otros temas económicos, como le ha ocurrido a
las profesionalizadas empresas mineras y petroleras con costosas estructuras de
dirección y asesorías y estudios que por haber anticipado cifras de demandas y
de precios y costos alejadas de la realidad,
han tenido pérdidas de billones de dólares en sus capitalizaciones en el
último año y medio.
Corolario: tal vez,
sería más prudente, al anticipar cifras tan fundamentales como las demandas y
los precios, agregar a los datos históricos y sus proyecciones, los posibles cambios en las tendencias,
las disrupciones, eventos y los
fenómenos sociales, políticos, ecológicos o tecnológicos en cierne que pueden
invalidar las estimaciones futuras de esas variables, por los dramáticos
impactos sobre las personas y empresas y con las enormes transferencias de
riqueza: extra competencia, extra mercado y carentes de innovación y de
productividad que las decisiones de la autoridad económica conlleva.
*Director OLIBAR
Consult Ing. Lic. Universidad de Chile
ovillanueva.comunica@gmail.com
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