Desde Venezuela
29/Octubre/2012
Hoy es día de
victoria, mañana de reflexión
Sergio Rodríguez Gelfenstein
Todo ha concluido… ¡Por ahora!
Como cada evento electoral y como cualquier hecho en el que se manejen cifras
las interpretaciones son muchas, pero hay una que es inobjetable: Hugo Chávez
será presidente de Venezuela por seis años más porque esa es la decisión del
pueblo venezolano expresada en las urnas electorales. La victoria popular fue
un hecho cierto cuando un poco después de las 10 y media de la noche de este
pasado domingo 7 de octubre, la
Presidenta del Consejo Nacional Electoral Tibisay Lucena
anunció los resultados preliminares que mostraba datos irreversibles.
Aquí hay dos grandes ganadores que han sido los
protagonistas de este momento de la historia: el pueblo venezolano y el
presidente Chávez. Nadie más se puede atribuir méritos que no le corresponden.
Un estudio preliminar de los datos que arrojan las
cifras finales del evento comicial muestra una serie de informaciones que deben
ser evaluadas de cara al futuro. La más
importante de ellas es el alto nivel de participación, más del 80% de las
venezolanas y venezolanos acudieron a votar, ello es expresión del alto talante
democrático de la ciudadanía que le concede cada vez más, mayor valor a la
participación como forma de hacer política, consolidando de esa manera el
modelo democrático venezolano. Cuando se
compara esta cifra con las de otros países de la región, pero sobre todo con
Estados Unidos que vende su imagen de patrón de la democracia, se hace evidente
que en Venezuela la democracia y la participación han trocado en característica
nacional que invade como una totalidad el ámbito de la política.
En la República Bolivariana no hay espacio para
aventuras al margen de la
Constitución porque el compromiso de las Fuerzas Armadas con
el pueblo es garante de ese sentir. Así lo hizo patente el General Wilmer
Barrientos Jefe del Comando Estratégico Operacional de las FANB, para cerrar
toda duda respecto a la actitud de los militares ante cualquier intentona que
se propusiera alterar la voluntad popular. Fue enfático al decir que “el Plan República seguirá
garantizando la seguridad del país hasta que el último de los votantes ejerza
su derecho al voto”
El Presidente Chávez ha obtenido la victoria en 22 de
las 24 entidades federales incluyendo, Zulia, Carabobo, Nueva Esparta y Miranda
(aunque por un margen ínfimo), en las
que gobierna la derecha, además de Lara, Monagas y Amazonas en las que gobernadores
renegados con proyectos individuales que se pusieron al servicio de la
oposición, fueron aplastados por la avalancha de votos que apoyó al Presidente
Chávez.
Los factores internacionales jugaron un papel decisivo
en la decisión de la derecha que fue obligada por la embajada estadounidense a
un comportamiento cívico. La crisis mundial jugó en favor de garantizar la
estabilidad en un país que envía diariamente y sin contratiempos el petróleo
que está convenido con Estados Unidos y que significa el 11% de lo que este
país importa. Los conflictos en el Medio Oriente y en las cercanías del mar
Caspio, las dos grandes regiones petroleras del mundo obligan a Estados Unidos
a destinar importantes contingentes militares a la salvaguarda de sus
intereses, lo que hace del petróleo venezolano un recurso que además de
importante, es el único que obtienen sin enfrentar peligros de ningún tipo. En
ese sentido la orden fue terminante: tienen que aceptar los resultados.
Ello se pudo observar en cuatro momentos durante el
domingo 7, el discurso posterior al voto de Capriles en el que por primera vez,
con voz pausada y calma llamaba a votar y a participar. Poco después, en la
mitad de la tarde. Ramón Guillermo Aveledo, coordinador
estratégico del Comando de Capriles,
ante una pregunta de un periodista rechazó enfáticamente la utilización de la
violencia de cualquier tipo para dirimir eventuales conflictos relacionados al
proceso electoral que pudieran surgir. Entrada la noche, Armando Briquet, Jefe
del Comando de campaña del candidato de la derecha, manifestó el apoyo de su
alianza a los resultados electorales y a la actuación de las instituciones
garantes del proceso comicial.
Pero la mejor pieza
oratoria surgida desde la oposición el domingo pasado fue la de Henrique
Capriles ya sabiéndose perdedor. Fue, de hecho, su mejor discurso. Reconoció el
resultado, despejando la duda que nunca quiso aclarar durante la campaña, se
mostró seguro, no dubitativo como en los últimos meses y lanzó su propuesta de
futuro, tratando de salvaguardar en el momento crítico un liderazgo que ya hoy
se cuestiona por la menguada votación que obtuviera su partido Primero
Justicia. Parecía haberse quitado un peso de encima. Lució fresco y hasta las
ojeras habían dado paso a una mirada vivaz que trataba de sentenciar lo que
explicaba por primera vez sin las incoherencias que le caracterizaron. Parecía
sentirse mejor en la derrota, que siendo candidato.
Sabiendo que el
comandante Chávez entró a la historia al pronunciar el “Por ahora” que perdura
en el espacio, hizo un remedo para tratar
de igualarse “El tiempo de Dios es perfecto”. En los hechos, el tiempo de Dios
se puede interpretar como “El que no logró la victoria fui yo. Aquí que el
pueblo no se sienta derrotado, porque abrieron un camino y ese camino está
ahí”. El camino es elecciones de gobernadores en 2012 y alcaldes en 2013,
Asamblea Nacional en 2013 y Referéndum Revocatorio el 2016. Les deben haber
dicho desde Washington, “Podemos esperar, en 4 años no se va a acabar el
petróleo, podemos esperar que la fruta esté madura, caerá por gravedad”. En el
fondo, a Capriles le preocupaba salvar su liderazgo ante los más de 2 millones
de votos que aportaron adecos y copeyanos, superando la votación de Primero
Justicia. Ahora tendrá que negociar con aquellos a quienes durante toda la
campaña marginó, excluyó y humilló.
La victoria,
sin embargo, no puede obviar un análisis crítico de las cifras que muestran un
crecimiento muy alto de la votación de la derecha en comparación con la que
obtuvo el Presidente Chávez. De alrededor de 3 millones 200 mil nuevos votantes
en comparación con las elecciones de 2006, Chávez creció sólo en unos 700 mil
votos, mientras que las fuerzas que apoyaron al otro candidato aumentaron en
más de 2 millones. En 2006 Chávez obtuvo casi el 63% y ahora poco más del 55%.
Ese es un dato que obliga a la reflexión
crítica, no sólo de cara a las próximas elecciones de gobernadores en diciembre
y de alcaldes en abril de 2013 sino
sobre todo, a la investigación de las causas
de un fenómeno que podría marcar una tendencia hacia el futuro y que
tiene que ver con el quehacer político
cotidiano, el cual debe llevar a las fuerzas políticas que apoyan al gobierno a
vincularse a la ciudadanía no sólo en tiempos electorales, sino como necesidad
vital para nutrirse de la sabiduría y el empuje de un pueblo que una vez más ha
sido capaz de triunfar en otra contienda decisiva.
Por ahora la victoria, por ahora la celebración. El presidente
Chávez felicitó al pueblo venezolano
desde Miraflores, habló de “renacimiento de la patria” en “un día memorable,
signado por el talante democrático de todos los venezolanos y venezolanas”.
Reconoció a todos los que votaron por la derecha por “su participación
democrática y demostración cívica”, así como
“a la dirigencia opositora que no se prestó a los planes que algunos
estaban fraguando”. En su grandeza de
estadista y presidente de todos los venezolanos, el Comandante Chávez consideró
que se crearon condiciones para la reconciliación, la convivencia y la construcción
de la paz.
Hoy es día de victoria, hoy es día de
celebración, mañana tendrá que venir la reflexión necesaria.
Publicación
Barómetro 15-10-12
Los contenidos de los análisis
publicados por Barómetro Internacional, son responsabilidad de los autores
Agradecemos la publicación de estos artículos
citando esta fuente y solicitamos favor remitir a nuestro correo el Link de la
pagina donde esta publicado.
Gracias. barometrointernacional@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario