Desde Barómetro
Fecha: 20/Abril/2016
Alquimia Política
El Peligro De Llegar A
Una Democracia Consociativa
Por Ramón E. Azócar A.
La democracia moderna parte de una fórmula muy sencilla: la mayoría gana
las elecciones. El asunto es que los sistemas fundados en razón de una mayoría
tienden a pervertir el significado de la misma. En la Edad Media la mayoría
victoriosa se imponía sobre los guerreros derrotados y les hacían pasar
penurias en nombre de ese triunfo que le consagró la mayoría armada; en lo bélico,
la historia la cuentan los victoriosos, eso dicen, así como los victoriosos
deciden el modo de vida de quienes derrotaron, en algunas ocasiones la decisión
llegó a ser el exterminio, pero hoy por hoy se ha venido suavizando un tanto
esa degeneración.
Hoy las guerras de todos los días se libran en la opinión pública que
influye en un potencial electorado que al votar le da la autoridad a un grupo
social organizado para que tome decisiones en su nombre, y al ser ese grupo
mayoría, impone sobre los perdedores, o minoría, su modo de vida y sus
intereses. Eso así, dibujado a grandes rasgos, no es democracia, es simplemente
más de la barbarie del medioevo, pero legitimada por instituciones que llevan
el control electoral. La democracia de las mayorías es una aberración porque
esclaviza a la minoría y termina por autodestruirse a sí misma.
En el marco actual, la democracia se ha visto manipulada por los
intereses de aquellos grupos que llegan a través de la mayoría; pero de todas
esas manipulaciones, son los movimientos oligárquicos quienes más daño causan a
la democracia moderna. A estos grupos se le ha adjudicado, con fuerza en
América Latina, el término de democracia consociativa; los teóricos españoles
les han adjudicado el significado, a este tipo de calificativo de la
democracia, de las acciones conducentes a un acuerdo al que llegan los grupos
de poder económico y político, de dentro y de fuera, para acotar, en función de
sus intereses y visiones, una cierta forma de democracia representativa que se
comporta indiferente a las demandas populares y utiliza su legitimidad
electoral para establecer como derecho el interés por lo
administrativo-financiero, en vez de social. Es una democracia controlada, de
baja intensidad que ha estado presente en Latinoamérica como producto de las
estrategias del Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos de
Norteamérica, para cuidar sus intereses corporativos.
Cuando se habla de diálogo, de establecer criterios de acercamiento con
el sector privado y desmontar el Estado omnipotente, se está peligrosamente
delineando las condiciones para una democracia consociativa, y lo peor es que
la justificación para imponerla es el derrumbe del modelo económico que esté
imperando. El diálogo no puede hacerse desde una fundamentación capitalista a
ultranza, menos en un Estado que ha definido políticas públicas de tipo social,
porque el costo mayor de ese Estado renacido para mejorar su condición
económica, lo pagan las estrategias sociales que estén encaminadas. Las
circunstancias jurídicas y políticas del país, nos introduce en la fase
primaria de la democracia consociativa, puesto que al abrirse la brecha para
nuevas normas que oriente4n el modelo económico, se da la supremacía de lo
material por encima de lo social, y de allí a un estatus de miseria y
desatención al colectivo, es cuestión de tiempo.
Hay jurisprudencia internacional que protege a los Estados que caen en
este tipo de democracia, porque es evidente que afecta los derechos humanos al
no poder responder a sus necesidades más sentidas, sino a las necesidades del
capital. El Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), estableció, entre 1990 y en 1994, un protocolo de transición ante
la posibilidad de que la democracia consociativa alcanzara imponerse en algunas
culturas occidentales. Dice el documento que no se debe equiparar el concepto
de arbitrariedad con el de contrario a la ley, sino debe interpretarse de
manera más amplia, a fin de incluir elementos de corrección, justicia e imprevisibilidad,
así como también el principio de garantías procesales.
A todas estas, valga lo expresado por Edgardo Bernal, en cuanto a que la
democracia consociativa es una democracia estable, en condiciones de una
sociedad homogénea, con origen étnico y religiosos comunes, sin remarcadas
diferencias sociales. Los líderes de los
grupos de poder se aprestan a tolerar sus diferencias y acomodar sus intereses
y demandas concurrentes, con la negociación paciente, pactos y acuerdos que
dieron a los demás grupos oportunidad de alcanzar el poder político. Pero como
vemos, en América Latina no hay esa hegemonía, ni ese equilibrio de intereses.
La democracia consociativa, a todas estas, fue propuesta por Arend
Lijphart (1936), nacido en Apeldoorn, politólogo especializado en ámbitos
relacionados con la política comparada, los sistemas electorales y sistemas de
votación, las instituciones democráticas, o la etnicidad; constituye un sistema
de negociación entre las elites de una comunidad política socialmente heterogénea.
En su forma más pura, constituye un modelo distintivo de democracia que se
puede aplicar en sociedades unidas por vínculos económicos. El autor la
estructura en dos facetas: una, donde los valores se consideran como el
resultado de la democracia y no como generadores de democracia; y la segunda
fase, cuando los valores democráticos se hacen vitales para la naturaleza misma
de la democracia, de allí se vuelve al ideas de Alexis De Tocqueville,
quien atribuía el éxito de la joven
Republica estadounidense, principalmente, a los valores que derivan de la
religión, educación superior, experiencia de cooperación interpersonal en
gobiernos locales y asociaciones no gubernamentales.
En concreto cuando se hace mención a la negociación, se tiene que tener
cuidado en no crear espacios donde la democracia consociativa y sus vicios,
puedan venir a estropear el corazón y esencia de una sociedad que es
contradicción del modelo social para el cual está concedida un tipo de
democracia como la mencionada. Si no sabemos lidiar con una caja de Pandora, no
la abramos, así de simple y directo, como el concepto de democracia moderno.
azocarramon1968@gmail.com
Publicación Barómetro
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