Desde Venezuela
Fecha: 20/Abril/2016
El Socialismo En La
Comunicación Moderna
Por Jesús Arenas
Entendiendo como socialismo, aquel conjunto de procesos
político-sociales, adaptados al sistema moderno de conducción social, es decir
al socialismo humano que se invoca para el futuro generacional. La polarización
está vigente en la vida política venezolana irremediablemente arreciada por los
medios de comunicación, que pretenden desconocer los derechos inmersos en el
proceso actual.
La débil capacidad de entendimiento ha colocado trincheras de opiniones
adversas en unos medios de comunicación social alejados de la realidad y de
otros empeñados en continuar con la búsqueda de salidas alternas al conflicto
social imperante. La actitud de los empresarios comunicacionales ha insistido
en dar aprobación y difusión a esquemas excluyentes frente a un llamado
reiterativo de participación invocado por la franja ideológica que aprueba las
actitudes oficiales.
El usuario considera que con el proceso su vida no está excluida aunque
reconozca que tampoco vive mejor. Este pensamiento de cambio ha colocado a la
comunicación bajo la influencia de una polarización perenne. El hartazgo
causado por los políticos tradicionales a una gran cantidad de venezolanos ha
quebrado la credibilidad de estos amenazando con eliminar la historia
clientelar existente en una democracia promiscua y ajena, que impero durante
muchos años.
Ante el evidente fracaso de la democracia “representativa” surgió
espontáneamente del soberano una versión diferente de socialismo humano.
Igualmente, el desfase entre la esperanza de los pueblos y el ofrecimiento
falso de un sistema de democracia elitesca y corroyera, conllevó a la inquietud
renovadora de las ideas socialistas, a fin de rescatarlas del estigma odioso en
que mediante la mentira repetida, la colocaron los pueblos europeos.
Algunos afirman que el socialismo sencillamente no existe, que se hundió
junto al comunismo ruso, que dicho pensamiento ha sido sometido a un populismo
falso; lo que realmente ocurre es que el socialismo ha dado pasos agigantados
hacia un socialismo participativo, hacia una nueva adaptación del socialismo
dentro de una democracia participativa y de posibilidades diferentes.
Ante el eventual éxito de estos cambios, surgen alteraciones y
transformaciones en la vida universal de los pueblos en materia económica, por
cuanto se hace necesario descarnar el mercado por la urgencia de la
marginalidad. Una economía de privilegios y agiotistas ha sido la etiqueta en
las sociedades capitalistas cuya insistencia consumista ha creado
insatisfacción y pérdida de autoestima en los ciudadanos de los países pobres
que no han logrado alcanzar los niveles impertérritos que le ofrece un
capitalismo verdaderamente salvaje y arrollador.
La comunicación no ha escapado a esa vulnerabilidad apremiante y se
refleja ante las sociedades como otra mercancía más de consumo exagerado. Pero
ese afán devorador ha mellado su calidad y su otrora ética social.
Así las cosas, se plantea ante la crisis inevitable en que se verá
incursa la comunicación y la información nueva, la idea de avanzar hacia una
comunicación social equilibrada y equivalente que permita la insurgencia de
nuevos métodos para tratar la noticia, de forma que desaparezca la ambigüedad,
la trampa informativa y el apoderamiento indebido por los consorcios
panegíricos de los más importantes medios de comunicación social.
La expropiación, secuestro y manipulación de la noticia autentica por
los manejadores irresponsables debe de ser combatida con la misma intensidad
con que se enfrenta el contrabando, el narcotráfico y los sucios negociados,
quizás porque los contenidos nefastos causan igual daño a los pueblos
democráticos. En pocas palabras lo que se estima al futuro es la desaparición
del poder absoluto que poseen los medios de comunicación social privados
mediante una lenta pero efectiva política de control social.
Supervisión social que estaría respaldada por un estado socialista
responsable. El manejo de los medios de comunicación por el cooperativismo y la
propiedad común serian pasos necesarios para equilibrar socialismo y
comunicación.
De acuerdo a la marcha del proceso bolivariano, es indiscutible aceptar
que tarde o temprano existirá una confrontación final entre los medios de
comunicación social privados y los que adelantan el estado como alternativos,
porque los primeros tendrán que ceder ante la avalancha libertaria de
información que las sociedades nuevas exigen. Así podemos afirmar que la
coyuntura actual es de transición hasta alcanzar la real estructura del nuevo
modelo político social, y hasta que se conforme un bloque continental de países
para la comunicación activa que materialice y unifique la idea social escrita
con el nuevo socialismo participativo que se anhela.
En conclusión del párrafo, es necesario recordar las palabras de Carlos
Marx: “la teoría solo se puede convertir en fuerza material de cambio cuando se
arraiga en las masas”.
Esto significa que es de urgencia, una concreción real del nuevo
socialismo comunicacional, para convencer a la burguesía capitalista inmersa en
los medios de comunicación actual, sobre la prioridad de un desarrollo en los
contenidos programáticos para que estos sean cónsonos con la masa crítica que
se avecina, con los nuevos controladores sociales que impondrá el socialismo en
la comunicación universal. Todos esos cambios positivos ocurren en nuestro
país, por culpa del hombre que ahora cumple tres años de su inmortalidad:
Chavez.
fundapoder@hotmail.com
Publicación Barómetro
internacional.barometro@gmail.com
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