Desde República De Chile
Fecha: 11/Julio/2016
Perdido en el
triángulo de Las Bermudas de decisiones de los: Bancos Centrales, Gobiernos y
Sectores Empresariales
¿Es Que Ya No Interesa
El Desarrollo Económico Del País?
Por Omar Villanueva Olmedo*
1.- ¿Hay desarrollo económico sin crecimiento?
En el último tiempo han surgido voces que señalan - explícitamente o por
omisión- que ya no es tan importante ni urgente el crecimiento ni el desarrollo
económico del país porque ahora tiene otras prioridades, lo que contrasta con
las grandes diferencias en capitalización y en ingresos corrientes para cada
miembro de la población. Es cierto que se ha crecido en los últimos decenios,
pero detenerse ahora parece más bien
responder a la incapacidad de emprender
nuevas acciones por parte de los responsables de producir ese desarrollo y, más
exactamente, de quienes ya gozan
legítimamente del mismo. Pero hay que ser categórico: sin crecimiento no se
llegará jamás a ser un país desarrollado... para todos.
Abogamos que el desarrollo económico
- que tiene como prerrequisito crecer a tasas robustas - es fundamental
para ser un país con una población que
alcance niveles de vida compatibles con la modernidad, que se puede tener hoy
día y, con la nueva, del futuro. ¿Por qué aceptar que el
ingreso per cápita sea de más de 40 mil dólares en Bélgica o Finlandia y menos
de 20 mil en Chile?
Señoras, señores: el desarrollo es una esperanza para toda la población,
en especial para los más desposeídos (y casi para todos los demás) puesto que
si los poderes del país impulsan la
tarea legítima de redistribuir la riqueza el desarrollo: es una bendición.
2.- ¿Se puede estar satisfecho con el menor crecimiento actual?
Desde hace 3 años que el país
tiene un desarrollo económico inadecuado,
es decir, por debajo del 4% o 5% anual
y, por los anuncios realizados tanto dentro como fuera del país – puesto que se
ha alterado el vector proyectado anteriormente - habría que esperar varios años
más para ello, o quizás nunca, pues el desarrollo es también relativo frente a un mundo que innova
inexorablemente en forma creciente. Así,
los países que ya están desarrollados se seguirán alejando, pues tienen
una mayor base PIB - total de bienes y servicios producidos por el país – y un
mayor potencial de desarrollo para el bienestar de sus respectivas poblaciones.
Es decir, si no se crece en términos superiores al promedio: se retrocede o se involuciona en su propio desarrollo.
Nuevamente al negarse a crecer a tasas superiores se está frustrando la
posibilidad de ser un país desarrollado,
enunciado por allá por los años 50 del siglo pasado por varios
mandatarios. ¡Han proclamado, han prometido y no han cumplido: hoy aún no somos
un país desarrollado!
3.- ¿Quién(es) son responsables de este bajo crecimiento actual y
esperado, inconducente al desarrollo?
Se ha señalado que desde hace
alrededor de una década los bancos centrales y los gobiernos de importantes
países y grupos de países han sido
incapaces de producir un crecimiento económico adecuado para sus ciudadanos. La
excepción ha sido China, hasta que cambió la orientación de su economía y hasta
hace algunos años los países proveedores
de commodities, hoy en graves problemas. El crecimiento económico es el
producto del ahorro, la inversión y el consumo interno y externo, así como de
los riesgos y las expectativas asociadas,
y eso no se logra con medidas como una tasa de interés negativa, como lo
ha demostrado Japón por décadas y la imitación de la Unión Europea y de Estados Unidos, o con gastos del Estado para incrementar el
consumo. En el caso particular de Chile, a partir de la Constitución del 2005
vigente hay dos elementos que son
fundamentales para producir el tan anhelado desarrollo. Por un lado, está el
principio de subsidiariedad, que parte de la base de que las estructura
superiores de la nación (los estados) actúan en favor de los individuos y de las comunidades
menores y más débiles. Y, por la otra parte, está el derecho de los ciudadanos de desarrollar
cualquier actividad económica que no sea contraria a la moral, el orden público
o la seguridad nacional, cuyo conjunto
conforman el sector empresarial, o emprendedor en la jerga actual, el
que debe exigir las condiciones que les faciliten el crecimiento a tasas
superiores para lograr el desarrollo nacional y el propio.
Si ninguno de los actores: el Estado, el Banco Central y el Sector
Empresarial logra en forma individual o
en conjunto formular las estrategias y
mover las palancas para incrementar el crecimiento económico del país, entonces
tendrán que revisar y cambiar las ideas,
los enfoques, y las estrategias y si todo eso falla es que algo muy grave está
ocurriendo y en el corto plazo muchos tendrán que hacerse a un lado o ser reemplazados
por otros más innovadores. Comenzando con
las elecciones de este año y las del próximo.
Sin embargo, tener que esperar hasta marzo de 2018 para que se pongan de
acuerdo los tres actores responsables, supone hipotecar por casi dos años el
camino de la recuperación del crecimiento - condición necesaria aunque no
suficiente para el desarrollo - y que la población tenga un período para el
olvido, con muchas ilusiones de progreso personal, familiar y nacional
derrotados. Por otra parte una agenda de mejorar productividad, no acompañada con
un alto crecimiento e innovación, tampoco es un camino que conducente al
desarrollo.
4.- ¿Cerebro y manos a la obra ahora, al desarrollo ya?
Llamamos a quienes tienen los cargos más importantes de los tres
actores, y que ya gozan del beneficio del desarrollo económico alcanzado, a
posponer otros intereses en pro de trabajar por incrementar el olvidado
“crecimiento y desarrollo económico” dejado de lado por otras materias, que
pueden ser consideradas muy importantes, pero que no pasan de ser perturbadoras
y consumidoras de la limitada inteligencia, recursos para innovar y
competencias de esas élites. Postergar
los logros del desarrollo, ahora, nos
aleja de la modernidad y prosperidad mundial, que enfrenta enormes desafíos por
la irrupción, sin barreras, de las nuevas tecnologías, innovaciones y
emprendimientos de alta complejidad y alto valor agregado que podrían eliminar
demasiados puestos de trabajo y dejar a millones de ciudadanos condenados al
subdesarrollo.
La intención no es criticar lo
hecho en el pasado, sino señalar los urgentes desafíos para el buen
vivir y bienestar para todos. Sabemos, como consultores, que el crecimiento y
el desarrollo es posible si: los responsables superiores lo proponen de común
acuerdo.
*Director
OLIBAR, Int´l Ing. Lic. Universidad de Chile
ovillanueva.comunica@gmail.com
Publicación Barómetro
internacional.barometro@gmail.com
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