Desde Venezuela
Fecha: 20/Abril/2016
Poesía En Voz De Mujer
La Literatura Nuestro Americana Tiene Voces
Inconfundibles Que Saben De La Ternura Con Que La Palabra Es Capaz De Hacer
Nacer El Porvenir
Por Daniela Saidman
Algo tendrán las poetas que dicen quienes se han enamorado de ellas que
una vez abiertos los ojos a sus versos ya no es posible dejarlas ir. Claro que
en el amor sobran los motivos como bien canta el bolero y para él no alcanzan
las formas contenidas en los más bellos poemas. En todo caso, han confesado
quienes saben del tema que las poetas tienen algo que respira en su sombra, a
lo mejor sea un dejo de nostalgia o quizá cierto misterio oculto en las manos
de quienes escriben con las razones más memorables de las humanas pasiones.
Ellas, las poetas, son especialistas en cartas de amor, en embrujos de
madrugada y pócimas infalibles a la hora de la siesta. Saben, cómo no, de las
caricias que reparten entre amantes, hijos y árboles como si ese fuera el
último gesto que quedara sobre el mundo. Saben también de la magia que se
esconde entre las legumbres y las especies, y se entregan con devoción terrena
a las causas más justas de la humanidad. Hay, claro algunas que no, pero no es
a ellas a quienes dedicamos este homenaje.
Hay por supuesto diversas maneras de enamorarse de ellas, de las poetas.
Puede amar todo lo libre, hondo, tierno, memorioso y afilado que habita en sus
palabras. Puede querer por supuesto la imagen que de ella se ha hecho a través
de sus versos o caer seducido ante sus pausas y el destello del papel. En todo
caso, en el amor y en la literatura valen los artilugios que esconde la palabra
cuando diciendo nos nombra.
Estas Poetas Nuestras
“Tú lloras debajo de tu llanto, / tú abres el cofre de tus deseos / y
eres más rica que la noche. / Pero hace tanta soledad / que las palabras se
suicidan”, dice la argentina Alejandra Pizarnik (29 de abril de 1936 - 25 de
septiembre de 1972), una de las voces mayores de la poesía más nuestra. ¿Y es
que acaso no tiene ella, la certeza de que en la soledad el verso arde como una
memoria prendida en llama?
Quizá sea precisamente Nuestra América donde pueden encontrarse tantas
mujeres escribiendo obras memorables pese a la fuerte tradición masculina sobre
este género literario. Quizá ellas, las poetas, son las constelaciones de un
universo aún por descubrir, aunque algunas han podido brillar con luz propia.
Al vuelo vienen nombres como Juana de Ibarbourou (Uruguay), Alfonsina
Storni (Argentina) y Gabriela Mistral (Chile), las grandes del viento del sur.
Pero no por mujeres sus poéticas están circunscritas a determinados
escenarios o paisajes. Por el contrario, ellas supieron del tacto humano que es
capaz de tocar lo cierto y descubrir lo imaginado. Nada les fue ajeno, ni el
cuerpo, ni la tierra, ni los más hondos deseos.
No alcanzarían las páginas para nombrarlas. Pero allí están Olga Orozco
(Argentina) y Dulce María Loynaz (Cuba); las venezolanas Enriqueta Arvelo
Larriva, María Calcaño y Ana Enriqueta Terán. La uruguaya Idea Vilariño y la
nicaragüense Gioconda Belli. La de estas tierras del sur de Venezuela, Luz
Machado.
En fin, las poetas ya se saben, tienen algo de sigilo en el verso que es
capaz de enamorar con solo una vuelta de página y un verso soltado por azar. No
importa de dónde viene o si ya no están, ellas despiertan el amor y sacuden la
memoria, desatan nomeolvides y fulgores del tiempo que ya pasó. Ellas, las
poetas tienen algo de asombro en la mirada y de extrañeza en la voz. Si por
azar se encuentra con alguna de ellas, con las de antes o las que ahora son, no
las deje ir, que a lo mejor se enreda en los versos de Ingrid Chicote,
Esmeralda Torres, Ana María Oviedo, Wafi Salih, Vielsi Arias, Coral Pérez,
María Alejandra Rojas, Yanuva León, Katherine Castrillo, Morela Maneiro, Yuri
Patiño o Sacha López, ellas desde esta Venezuela rinden homenaje a la palabra,
esa que se dice o que se escribe para entregarlo todo, para ser tierra de esta
tierra y canto alado de estos parajes.
Epílogo CLARIBEL ALEGRÍA
(Nicaragua)
"...existen los
barrotes
Nos rodean
También existe el
catre
Y sus ángulos duros
Y el poema río
Que nos sostiene a
todos
Y es tan substantivo
Como el catre
El poema que todos
escribimos
Con lágrimas
Y uñas
Y carbón".
dsaidman@gmail.com
Publicación Barómetro
internacional.barometro@gmail.com
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